
9 de abril de 2025 a las 18:20
Masacre en Tecoanapa: 11 víctimas
La tranquilidad de Rancho Viejo, en el municipio guerrerense de Tecoanapa, se vio brutalmente interrumpida la noche del martes. Un escenario dantesco se desplegó ante los ojos de los peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) al encontrar los cuerpos sin vida de once hombres, yaciendo en fila, cerca de una camioneta pick-up consumida por las llamas. La escena, que evoca la crudeza de la violencia que azota a la región, ha dejado a la comunidad consternada y ha generado una ola de interrogantes que las autoridades se afanan por responder.
La FGE, en un comunicado emitido esta mañana, ha confirmado el inicio de una carpeta de investigación para esclarecer los hechos, ocurridos al filo de las 19:00 horas en las inmediaciones de Rancho Viejo, cerca de la comunidad de Chautipa. La información preliminar, recabada a través de testimonios de pobladores y los indicios recogidos en el lugar, apunta a un posible enfrentamiento entre grupos civiles armados. Sin embargo, la Fiscalía ha sido cautelosa, enfatizando que serán las investigaciones las que determinen las causas y circunstancias precisas de esta tragedia.
La presencia de la Policía Investigadora Ministerial (PIM) y del personal de Servicios Periciales en la escena del crimen ha sido crucial para la recolección de evidencias. El trabajo minucioso de los peritos, examinando cada detalle, cada huella, cada indicio, será fundamental para reconstruir el rompecabezas de la violencia y, con suerte, identificar a los responsables. La camioneta incendiada, un testigo mudo de la barbarie, será sometida a un análisis exhaustivo en busca de pistas que puedan arrojar luz sobre lo sucedido.
Un elemento particularmente perturbador de este caso es la posible presencia de menores de edad entre las víctimas. Si bien la FGE no ha confirmado este extremo, la sola posibilidad añade una capa de horror a la tragedia y subraya la vulnerabilidad de las comunidades ante la violencia desatada. La confirmación de este dato, de ser cierta, representaría un duro golpe para la conciencia colectiva y un llamado urgente a redoblar los esfuerzos para proteger a la infancia.
La Costa Chica de Guerrero, escenario de este lamentable suceso, ha sido históricamente una región marcada por la compleja interacción de factores socioeconómicos, la presencia del crimen organizado y la falta de oportunidades. Este nuevo episodio de violencia nos recuerda la fragilidad de la paz y la necesidad de implementar estrategias integrales que aborden las raíces del problema. La investigación en curso no solo debe enfocarse en identificar y castigar a los culpables, sino también en sentar las bases para la construcción de un futuro más seguro y próspero para las comunidades de la región.
La incertidumbre y el temor se han apoderado de los habitantes de Rancho Viejo. La impunidad, un fantasma que acecha a muchas comunidades del país, no puede ser una opción. La FGE tiene la responsabilidad de llevar a cabo una investigación exhaustiva y transparente que no deje lugar a dudas. La justicia, para las víctimas y para la sociedad en su conjunto, es la única respuesta posible ante la barbarie.
Fuente: El Heraldo de México