A dos años de la partida de Julián Figueroa, el dolor sigue presente, pero la controversia lo opaca. La sombra de la tragedia se alarga con una serie de disputas familiares que han mantenido a Maribel Guardia, Imelda Garza Tuñón, Marco Chacón y el pequeño José Julián en el ojo del huracán mediático. Lo que debería ser un tiempo de recogimiento y memoria se ha transformado en un escenario de acusaciones, desmentidos y un futuro incierto para el legado del joven artista.

La batalla legal por la custodia de José Julián, el hijo de Julián e Imelda, ha sido el detonante de una serie de revelaciones y enfrentamientos públicos. Maribel Guardia, argumentando la inestabilidad de Imelda, obtuvo inicialmente la custodia temporal, desatando la furia de la joven viuda. Imelda, por su parte, ha negado rotundamente las acusaciones de Maribel, señalando incluso una supuesta infidelidad de Marco Chacón, esposo de Maribel, como la verdadera raíz del conflicto. Esta acusación, aunque no confirmada, ha añadido leña al fuego y ha complicado aún más la ya tensa relación entre ambas familias.

La aparición de un supuesto testamento de Julián Figueroa ha avivado aún más la polémica. Mientras Maribel y Marco defienden su autenticidad, Imelda lo considera una falsificación, poniendo en duda la legalidad del documento y la distribución de los bienes del fallecido cantante. El periodista Gustavo Adolfo Infante, quien ha mostrado públicamente su apoyo a Imelda, ha alimentado las sospechas sobre la veracidad del testamento, creando un clima de desconfianza y especulación. ¿Se trata de un documento legítimo o de una maniobra para controlar la herencia de Julián? La pregunta sigue sin respuesta definitiva y la incertidumbre se cierne sobre el futuro patrimonial del pequeño José Julián.

Como si la disputa por la custodia y la herencia no fueran suficientes, los rumores sobre una supuesta relación entre Imelda y Marco Chacón han añadido un nuevo capítulo a este drama familiar. Aunque ambos han negado categóricamente estas acusaciones, el simple hecho de que hayan salido a la luz pública ha contribuido a enrarecer aún más el ambiente. La sombra de la duda persiste y alimenta las especulaciones en los medios de comunicación y las redes sociales.

El miedo y la inseguridad se han convertido en protagonistas de esta historia. Maribel Guardia ha expresado públicamente su temor por su seguridad, responsabilizando a personas cercanas a Imelda por la exposición de su domicilio. Por otro lado, Imelda también afirma haber recibido amenazas, mostrando mensajes intimidatorios que ponen en evidencia la gravedad del conflicto. ¿Hasta dónde llegará esta escalada de tensión? ¿Podrán las partes encontrar un punto de encuentro y priorizar el bienestar del pequeño José Julián?

El segundo aniversario luctuoso de Julián Figueroa, en lugar de ser un momento de paz y recuerdo, se ha visto empañado por una serie de controversias que dejan un sabor amargo. La imagen de una familia unida por el dolor se ha fracturado, dejando al descubierto heridas profundas y un futuro incierto. Solo el tiempo dirá si logran superar sus diferencias y honrar la memoria de Julián en paz.