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9 de abril de 2025 a las 09:20

Lecciones de Vietnam para el México de hoy

La agilidad de Vietnam para capitalizar el friendshoring nos presenta un caso de estudio fascinante, y a la vez, una llamada de atención para México. Hanoi ha sabido jugar sus cartas con maestría, moviéndose con destreza en el tablero geopolítico, manteniendo relaciones estratégicas con China mientras corteja abiertamente la inversión estadounidense. La visita de Yellen y la posterior ofensiva diplomática vietnamita, culminando con la carta de Tô Lâm a Trump, demuestran una visión clara y una proactividad admirable. No se han limitado a esperar a que las oportunidades llamen a su puerta, sino que han salido a buscarlas, presentándose como un socio confiable y atractivo para las cadenas de suministro estadounidenses.

La estrategia de Vietnam es aún más notable considerando el contexto de las tensiones comerciales preexistentes. A pesar de los aranceles impuestos por la administración Trump, Vietnam no se ha atrincherado en una postura defensiva. Al contrario, ha optado por el diálogo y la negociación, buscando un "equilibrio comercial sustentable" y comprometiéndose a adquirir más productos estadounidenses, incluyendo equipo de seguridad y defensa. Este último punto es crucial, ya que demuestra una comprensión profunda de las prioridades de la administración Trump. Han identificado una necesidad – la reducción del déficit comercial – y han ofrecido una solución tangible, fortaleciendo al mismo tiempo sus lazos con Estados Unidos en un sector estratégico.

La pregunta que surge inevitablemente es: ¿qué lecciones puede aprender México de esta experiencia? Si bien la política de contención arancelaria ha sido efectiva hasta el momento, parece que nos falta la audacia y la visión estratégica de Vietnam. Existen áreas de oportunidad, como la adquisición de equipo militar y de seguridad estadounidense, que permanecen inexploradas, tal vez por considerarse temas tabú. Sin embargo, precisamente en estos temas podría residir la clave para fortalecer la relación bilateral y atender las preocupaciones de la administración Trump respecto al déficit comercial. Imaginemos el impacto que podría tener un anuncio de la compra de helicópteros o buques estadounidenses: sería una señal inequívoca de compromiso y una inyección de confianza en la relación bilateral.

En contraste, la narrativa mexicana se centra en el tráfico de armas, un tema legítimo, sin duda, pero que no debería eclipsar otras oportunidades estratégicas. Corremos el riesgo de quedar atrapados en un discurso reactivo, mientras otros países, como Vietnam, toman la iniciativa y se posicionan como socios preferenciales de Estados Unidos. La diversificación de acuerdos comerciales por parte de Estados Unidos representa una amenaza real a la ventaja competitiva que nos otorga el T-MEC. Si no actuamos con prontitud y adoptamos una estrategia más proactiva, podríamos ver cómo nuestra posición se erosiona rápidamente.

El éxito de empresas como la que dirige David Geisen, con más de 400 mil familias mexicanas dependiendo de su plataforma, demuestra el potencial que existe en nuestro país. La innovación y el dinamismo del sector privado contrastan con la aparente timidez de la política exterior en temas comerciales estratégicos. Es hora de aprender de la experiencia de Vietnam, dejar atrás la cautela excesiva y apostar por una estrategia más audaz y proactiva que nos permita capitalizar al máximo las oportunidades que el contexto geopolítico nos presenta. El tiempo apremia y la competencia no espera.

Fuente: El Heraldo de México