La justicia laboral en la Ciudad de México se ha transformado para empoderar a los trabajadores y garantizar sus derechos. Ya no se trata solo de leyes escritas, sino de acciones concretas que buscan la efectividad de la justicia. El magistrado Rafael Guerra Álvarez, al frente del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX), lidera este cambio de paradigma, donde los jueces tienen la obligación de velar por el cumplimiento de los derechos laborales reconocidos en las sentencias.

El juez Rubén Fierro Velázquez, titular del Tercer Tribunal Laboral de Asuntos Individuales, ha sido enfático en este punto: las sentencias no son simples documentos, son mandatos que deben ser acatados. Explica el procedimiento con claridad: la parte condenada tiene un plazo de 15 días para cumplir voluntariamente. De no hacerlo, el trabajador, amparado por la sentencia favorable, debe notificar al juez para que se inicie el proceso de ejecución, que puede llegar incluso al embargo.

Este mecanismo busca asegurar que los derechos de los trabajadores no queden en letra muerta. Se trata de un sistema que les brinda las herramientas necesarias para hacer valer lo que les corresponde.

Pero más allá de la ejecución de sentencias, Fierro Velázquez destaca la importancia de la prevención y el conocimiento. Insta a los trabajadores a conocer a fondo sus derechos y a buscar la asesoría de abogados especializados en materia laboral. Este conocimiento es fundamental para navegar el sistema judicial con seguridad y eficacia.

El nuevo modelo de justicia laboral, ahora a cargo del PJCDMX, prioriza la conciliación como una vía para resolver los conflictos antes de llegar a un juicio. Los Centros de Conciliación Laboral se convierten en el primer punto de contacto entre empleadores y trabajadores, buscando un acuerdo que beneficie a ambas partes.

Este paso previo a la demanda es fundamental en el nuevo sistema. El juez Fierro Velázquez subraya la obligatoriedad de acudir al Centro de Conciliación Laboral de la Ciudad de México antes de presentar una demanda ante los jueces del PJCDMX. Es un filtro que busca soluciones consensuadas y evita la judicialización innecesaria de los conflictos.

Sin embargo, existen excepciones a esta regla. La Ley Federal del Trabajo, en su artículo 685 Ter, establece casos en los que no es necesario agotar la etapa conciliatoria. Situaciones como la discriminación, la violación de derechos fundamentales en materia colectiva, el acoso u hostigamiento sexual, entre otros, permiten a los trabajadores acudir directamente a la vía judicial sin pasar por la conciliación. Se trata de proteger a los trabajadores en situaciones de especial vulnerabilidad, donde la conciliación podría no ser la vía más adecuada.

En resumen, el nuevo modelo de justicia laboral en la Ciudad de México busca no solo hacer cumplir las leyes, sino también empoderar a los trabajadores a través del conocimiento de sus derechos y ofrecerles mecanismos efectivos para hacerlos valer, priorizando la conciliación, pero sin dejar de lado la firmeza en la ejecución de las sentencias cuando sea necesario. Un sistema que se adapta a las necesidades del siglo XXI, buscando una justicia laboral más ágil, eficaz y, sobre todo, justa.