Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Entretenimiento

10 de abril de 2025 a las 00:25

Imelda Garza honra a Julián en misa privada.

Dos años han transcurrido desde aquel fatídico 9 de abril que marcó para siempre la vida de Imelda Garza Tuñón y su pequeño hijo, José Julián. La ausencia de Julián Figueroa, padre y esposo, sigue presente, una herida que el tiempo intenta, con dificultad, cicatrizar. Este año, la conmemoración del segundo aniversario luctuoso del joven cantante estará marcada por la intimidad y el recogimiento familiar. Imelda, en un acto de profundo respeto por la memoria de su amado Julián y con el firme propósito de proteger a su hijo de la inevitable atención mediática, ha decidido realizar una misa privada.

La decisión, comunicada a través de sus redes sociales, no solo busca honrar la memoria de Julián en un ambiente sereno y familiar, sino también resguardar la sensibilidad de José Julián, quien, como cualquier niño de su edad, se ve afectado por la presencia masiva de personas, especialmente en un momento tan emotivo. Es comprensible el deseo de Imelda de crear un espacio seguro y tranquilo para su hijo, donde puedan recordar a Julián sin la presión de las cámaras y los micrófonos.

La solicitud de respeto y distancia por parte de Imelda no es un capricho, sino una necesidad. Se trata de proteger a un niño que aún está procesando la ausencia de su padre y que merece vivir este momento de duelo en la intimidad de su familia. La figura de José Julián se convierte en el centro de esta decisión, un recordatorio de la importancia de preservar la inocencia y el bienestar emocional de los más pequeños ante la adversidad.

La sombra de la controversia con Maribel Guardia, abuela de José Julián, planea sobre este segundo aniversario. Si bien no se ha confirmado la presencia de la actriz en la misa privada, la tensa relación que mantuvieron en el pasado, especialmente en lo referente a la custodia del pequeño, añade un matiz de complejidad a la situación. Sin embargo, en este momento de dolor y recuerdo, lo primordial es respetar la decisión de Imelda y permitir que la familia encuentre la paz que tanto necesita.

La repentina partida de Julián Figueroa dejó una profunda huella en el mundo del espectáculo. Un joven talentoso, con una prometedora carrera por delante, fue arrebatado demasiado pronto. Su música y su recuerdo permanecen vivos en el corazón de quienes lo conocieron y admiraron. A dos años de su fallecimiento, la familia continúa navegando por el complejo proceso del duelo, buscando la manera de honrar su memoria y seguir adelante. La decisión de Imelda de realizar una misa privada es un testimonio de su amor por Julián y su compromiso con el bienestar de su hijo, una decisión que merece ser respetada y comprendida. Que este segundo aniversario luctuoso sea un espacio de paz y recuerdo para la familia de Julián Figueroa.

Fuente: El Heraldo de México