El calor ya se hace sentir con fuerza en México, dando un adelanto de lo que se espera sea una primavera intensa. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha encendido las alertas ante la primera ola de calor de la temporada, con temperaturas que superarán los 35 grados centígrados, especialmente en los estados del sur del país. Ante esta situación, las autoridades recomiendan tomar precauciones para evitar golpes de calor, como evitar la exposición directa al sol durante las horas de mayor intensidad, generalmente al mediodía, mantenerse hidratado bebiendo abundante agua y utilizar gorras o sombrillas para protegerse del sol.

Pero el calor no es la única amenaza que trae consigo el sol primaveral. La radiación ultravioleta (UV) también aumenta, poniendo en riesgo la salud de nuestra piel. Por eso, los expertos en salud hacen hincapié en la importancia de utilizar protector solar, no solo en el rostro, sino en todo el cuerpo.

Elegir el protector solar adecuado puede parecer una tarea abrumadora ante la gran variedad de productos disponibles en el mercado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) simplifica la elección recomendando un protector solar que cumpla con dos requisitos fundamentales: protección contra los rayos UVA y UVB, y un factor de protección solar (FPS) de al menos 30. ¿Por qué ambos tipos de rayos? Mientras que los rayos UVB son los principales responsables de las quemaduras solares, los rayos UVA penetran más profundamente en la piel, contribuyendo al envejecimiento prematuro y aumentando el riesgo de cáncer de piel a largo plazo.

La radiación UVC, aunque también forma parte del espectro ultravioleta, es absorbida por la capa de ozono y no llega a la superficie terrestre, por lo que no representa un riesgo directo para nuestra piel. Sin embargo, la protección contra los UVA y UVB es crucial para mantener una piel sana.

Aplicar protector solar correctamente es tan importante como elegir el producto adecuado. A menudo olvidamos zonas cruciales que también necesitan protección. Los dermatólogos insisten en la importancia de aplicar protector solar en zonas comúnmente descuidadas: el cuero cabelludo, especialmente en personas con calvicie; las manos, expuestas constantemente al sol; la nariz, una zona prominente del rostro; la nuca, a menudo expuesta al sol directo; y las orejas, que también son susceptibles a quemaduras solares.

Además, no olvidemos los labios, que también sufren los efectos del sol. Un bálsamo labial con FPS es la mejor opción para proteger esta delicada zona. La línea de crecimiento del cabello, especialmente en la frente, es otra área sensible que requiere atención. Finalmente, incluso las plantas de los pies necesitan protección cuando estamos expuestos al sol, por ejemplo, en la playa o la piscina.

La elección entre un protector solar específico para el rostro y otro para el cuerpo o uno que sea apto para ambos depende de las preferencias personales. Lo importante es asegurar una protección completa y constante para disfrutar del sol primaveral de forma segura y saludable. Recordemos que la prevención es la mejor herramienta para cuidar nuestra piel y prevenir daños a largo plazo. Incorporar el uso diario de protector solar en nuestra rutina, junto con otras medidas de protección solar, es una inversión en nuestra salud y bienestar.