
9 de abril de 2025 a las 12:15
Empresas frenan inversión
La sombra de la incertidumbre económica se cierne sobre el panorama empresarial mexicano. Un descenso significativo en la intención de inversión, del 54% en el primer semestre de 2024 al 39.3% en el mismo periodo de 2025, según el IPADE, revela la cautela que impera en el sector. Este cambio de 14.7 puntos porcentuales no es un dato aislado, sino un reflejo de la compleja coyuntura que atraviesa el país.
El fantasma de la incertidumbre política, protagonista indiscutible durante las elecciones de 2024 tanto en México como en Estados Unidos, parece haber cedido su lugar a una nueva preocupación: la incertidumbre económica. Este relevo en la cima de las inquietudes empresariales marca un punto de inflexión crucial para entender el comportamiento de la inversión en el país. El cierre de 2024, con un ánimo inversor aún más deprimido (36.8%), ilustra la magnitud del desafío.
Sin embargo, no todo es pesimismo. El ligero repunte observado en el primer semestre de 2025, aunque modesto, sugiere una incipiente recuperación de la confianza. Con los resultados electorales ya conocidos y las políticas comerciales de la administración Trump más claras, las empresas parecen respirar un poco más aliviadas, aunque la prudencia sigue siendo la norma. Este incremento del 36.8% al 39.3% en la intención de inversión, si bien no es un cambio radical, ofrece un atisbo de esperanza en un contexto marcado por la volatilidad.
La reconfiguración de las preocupaciones empresariales, con la incertidumbre económica desplazando a la política, plantea nuevos interrogantes. Antonio Casanueva Fernández, del IPADE, subraya este cambio de paradigma, que obliga a las empresas a reevaluar sus estrategias y a adaptarse a un escenario más complejo. Ya no se trata solo de navegar las aguas turbulentas de la política, sino también de sortear los escollos de una economía global incierta.
Un aspecto crucial a destacar es la heterogeneidad del impacto. Las políticas comerciales, como los aranceles impuestos por Estados Unidos, no afectan a todas las regiones ni a todos los sectores por igual. Alberto Ibarra Garza, también del IPADE, señala las marcadas diferencias entre las regiones del país. Mientras que el sureste muestra una mayor resiliencia, con una intención de inversión del 60%, el oriente, noreste y noroeste se sitúan en niveles considerablemente inferiores, con 26.2%, 36.8% y 38.8%, respectivamente. Esta disparidad regional pone de manifiesto la necesidad de implementar políticas públicas focalizadas que atiendan las necesidades específicas de cada zona.
La percepción de las empresas sobre el impacto de las políticas comerciales de Donald Trump también es un factor determinante. Con seis de cada diez empresas considerando que estas medidas afectarán negativamente a la economía mexicana, el clima de incertidumbre se acentúa. Sin embargo, la resiliencia del sector privado se mantiene firme, con una clara intención de superar las adversidades y sacar adelante sus negocios. Este espíritu de lucha y adaptación será clave para enfrentar los desafíos que se avecinan y para impulsar la recuperación económica del país. En definitiva, el panorama empresarial mexicano se presenta complejo, pero con destellos de esperanza que invitan al optimismo cauteloso. La clave estará en la capacidad de adaptación y en la implementación de estrategias que permitan sortear la incertidumbre y aprovechar las oportunidades que puedan surgir en este nuevo escenario.
Fuente: El Heraldo de México