
10 de abril de 2025 a las 02:55
Cuba desafía a EE. UU. en la CELAC
La voz de Cuba resonó con fuerza en la IX Cumbre de la CELAC, un llamado a la unidad que traspasó las paredes del recinto en Tegucigalpa y se expandió como un eco por toda Latinoamérica y el Caribe. Miguel Díaz-Canel, presidente de la isla, no solo denunció las políticas de Estados Unidos hacia su país, sino que tejió un discurso en torno a la integración regional como la única vía para enfrentar los desafíos comunes. Sus palabras, cargadas de historia y convicción, pintaron un panorama donde la unión no es una opción, sino una necesidad imperante para la supervivencia y el desarrollo de la región.
El llamado a una Cumbre por el Bienestar Económico, propuesta por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y respaldada con entusiasmo por Díaz-Canel, se presenta como un faro de esperanza en medio de la tormenta. Imaginen un espacio donde las naciones latinoamericanas y caribeñas se reúnan no para competir, sino para colaborar, para tejer una red de prosperidad compartida, donde el respeto a la soberanía de cada país sea la piedra angular. Esta cumbre, con Colombia a la cabeza en 2025, promete ser un hito en la construcción de un futuro más justo y equitativo para todos.
La denuncia de Díaz-Canel sobre el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba no fue un simple lamento, sino un llamado a la acción. Un llamado a la solidaridad entre naciones hermanas, a alzar la voz con firmeza y unidad contra las medidas coercitivas unilaterales que asfixian el desarrollo y vulneran la soberanía. Es una invitación a construir un frente común que defienda el derecho de cada país a elegir su propio camino, sin presiones ni injerencias externas.
El tema migratorio también ocupó un lugar central en el discurso del presidente cubano. La denuncia de las deportaciones indiscriminadas, sin el debido proceso y en condiciones represivas, pone el dedo en la llaga de una herida que sangra en toda la región. Miles de personas, obligadas a abandonar sus hogares en busca de un futuro mejor, se enfrentan a la violación sistemática de sus derechos humanos. Es un llamado urgente a la reflexión, a la humanización de las políticas migratorias y a la búsqueda de soluciones conjuntas que garanticen la dignidad y el respeto de todos los migrantes.
La imagen de los Jefes y Jefas de Estado de la CELAC reunidos en Tegucigalpa, capturando ese momento histórico con una foto familiar, es un símbolo poderoso. Representa la posibilidad de un futuro donde la cooperación y la integración sean los pilares de una América Latina y el Caribe unida, fuerte y soberana. Las intervenciones de otros líderes, como Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Luis Alberto Arce de Bolivia, añaden aún más peso a este encuentro, demostrando que la búsqueda de la unidad regional es un anhelo compartido por muchos.
La IX Cumbre de la CELAC no es solo un evento más en la agenda diplomática. Es un punto de inflexión, un llamado a la acción, una oportunidad para construir el futuro que soñamos. Un futuro donde la integración, la solidaridad y el respeto mutuo sean las brújulas que guíen nuestros pasos hacia una América Latina y el Caribe más justa, próspera y soberana. El camino no será fácil, pero la unidad, como bien lo señaló Díaz-Canel, es la llave que abrirá las puertas de ese futuro prometedor.
Fuente: El Heraldo de México