9 de abril de 2025 a las 17:45
Atrapan falso médico que abusaba de pacientes
La historia que ha conmocionado a Buenos Aires se teje con los hilos de la mentira, la manipulación y el abuso. Un hombre, Yung Hsin Chen, de 61 años, se presentaba como un maestro del Tao, un guía espiritual que prometía la armonía entre el ser humano y la naturaleza. Su consultorio, un espacio que debería haber sido de sanación, se convirtió en el escenario de un engaño que duró más de dos décadas. Detrás de la fachada de médico naturista, se ocultaba un vendedor de comida que, sin escrúpulos, jugaba con la salud y la vulnerabilidad de sus pacientes.
Chen administraba medicamentos sin la autorización necesaria, un acto de irresponsabilidad que por sí solo ya representa un grave delito. Pero la verdadera magnitud de su perversión se revela en las acusaciones de abuso sexual que han salido a la luz. Mujeres que buscaban alivio a sus dolencias se encontraron atrapadas en una red de engaños y sometidas a vejaciones inimaginables. Una de las víctimas relató cómo Chen la "adormeció" con una sustancia química antes de abusar de ella, un testimonio escalofriante que ha abierto la puerta a otras denuncias similares.
La historia de Chen es un recordatorio de la importancia de la verificación y la prudencia. En un mundo donde la información fluye libremente, es crucial contrastar las credenciales de quienes se presentan como profesionales de la salud. La confianza ciega puede tener consecuencias devastadoras, como lo demuestran las experiencias de las víctimas de este falso médico.
El modus operandi de Chen era perverso y calculado. Se aprovechaba de la búsqueda de alternativas naturales de sus pacientes, presentándose como un experto en el Tao, una filosofía que promueve la armonía y el equilibrio. Esta imagen de sabiduría y serenidad le permitía ganar la confianza de sus víctimas, quienes, en su desesperación por encontrar alivio, bajaban la guardia y se convertían en presas fáciles.
Las autoridades, tras la primera denuncia, actuaron con rapidez. Un operativo de vigilancia en el consultorio de Chen condujo a un cateo donde se encontraron agujas, inyecciones, medicamentos y cremas, evidencias de su práctica ilegal. El arresto del falso médico ha traído un respiro a la comunidad, pero también ha dejado al descubierto una herida profunda. El caso de Chen es un llamado de atención sobre la necesidad de proteger a los más vulnerables y de perseguir con firmeza a quienes se aprovechan de la confianza ajena.
¿Cuántas otras víctimas podrían haber sufrido en silencio? La investigación continúa, y se espera que en los próximos meses se esclarezca la totalidad de los hechos y se haga justicia. Mientras tanto, la comunidad de Buenos Aires se enfrenta a la difícil tarea de reconstruir la confianza y de aprender de esta amarga experiencia. La historia de Yung Hsin Chen es un oscuro capítulo que debe servir como recordatorio de la importancia de la vigilancia y la protección de los derechos de todos. Es una llamada a la acción para fortalecer los mecanismos de control y para asegurar que quienes buscan ayuda médica encuentren verdaderos profesionales, no depredadores disfrazados de sanadores.
Fuente: El Heraldo de México