9 de abril de 2025 a las 12:45
Alerta: Riesgo moderado
El panorama financiero para los bancos que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se presenta con matices de incertidumbre de cara a la presentación de resultados del primer trimestre. Si bien la solidez de su capitalización y los bajos niveles de morosidad actúan como un escudo protector ante la posible desaceleración económica, la prudencia se impone. Intercam Casa de Bolsa, a través de la voz experta de Eduardo López Ponce, Gerente de Análisis Bursátil y Mercados, nos invita a analizar con cautela el escenario que se avecina.
A principios de año, el optimismo reinaba con proyecciones de crecimiento para el sector bancario de entre 8.0 y 15.0 por ciento para 2025, impulsadas por una economía mexicana con un crecimiento estimado del 1.0 por ciento. Sin embargo, el panorama ha experimentado un viraje. La previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se ha ajustado a la baja, situándose en un modesto 0.5 por ciento, según la encuesta del Banco de México. Si bien aún es prematuro para hablar de ajustes drásticos, la sombra de una menor expansión económica se cierne sobre el sector.
Esta revisión a la baja, aunque moderada, introduce un elemento de cautela en el análisis. La desaceleración económica, de profundizarse, podría traducirse en un aumento de la morosidad, el principal riesgo que acecha a la banca en la actualidad. Es crucial, por tanto, mantener una vigilancia estrecha sobre la evolución de este indicador.
A pesar de este contexto, el arranque del año ha mostrado signos positivos. Durante el primer bimestre, el sector bancario experimentó una expansión del crédito, lo que indica una dinámica favorable en la actividad crediticia. Sin embargo, la incertidumbre generada por las tensiones comerciales y las revisiones a la baja en las proyecciones de crecimiento podrían frenar este impulso. La posibilidad de una desaceleración en la cartera crediticia es un factor que no podemos descartar.
En este escenario de luces y sombras, la solidez patrimonial de la banca se erige como un baluarte fundamental. La robusta capitalización con la que cuentan las instituciones financieras les proporciona un margen de maniobra para afrontar los desafíos que puedan surgir. Asimismo, los bajos niveles de morosidad actuales contribuyen a fortalecer la resiliencia del sector.
No obstante, la prudencia debe ser la norma. Si bien los fundamentos de la banca mexicana se mantienen sólidos, la evolución de la economía global y nacional, así como las tensiones geopolíticas, introducen un grado de incertidumbre que exige una gestión rigurosa del riesgo. La clave estará en la capacidad del sector para adaptarse a un entorno cambiante y mantener la confianza de los inversionistas. El seguimiento continuo de los indicadores clave, como la morosidad y el crecimiento de la cartera crediticia, será esencial para anticipar posibles desafíos y garantizar la estabilidad del sistema financiero.
Fuente: El Heraldo de México