
9 de abril de 2025 a las 04:50
Alerta: Grave denuncia en CCH Sur
La indignación recorre las redes sociales tras la denuncia de una madre que expone la pesadilla vivida por su hija en el Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Sur. El pasado lunes 7 de marzo, lo que debía ser una jornada escolar normal se convirtió en un escenario de terror para la menor, quien fue víctima de un intento de abuso sexual dentro de las instalaciones del plantel. La crudeza del relato de Adriana Ochoa, madre de la víctima, ha conmocionado a la comunidad virtual y ha puesto en el ojo del huracán la falta de seguridad y la nula respuesta por parte de las autoridades escolares.
Según el testimonio de la madre, la menor se encontraba comprando dulces cuando fue abordada por dos individuos que, con una depravación indescriptible, la sometieron a una agresión verbal plagada de proposiciones obscenas e insultos. Imaginen la vulnerabilidad de una estudiante, en un entorno que debería ser seguro, siendo asediada con semejante vileza. La publicación de Facebook, donde Adriana Ochoa comparte su impotencia y dolor, detalla cómo los agresores, lejos de desistir, interceptaron nuevamente a la joven en su camino a clases.
En este segundo encuentro, la violencia verbal escaló a una agresión física aún más repugnante. Mientras uno de los sujetos la inmovilizaba, el otro intentó bajarle la ropa interior y la licra, manoseándola con una violencia que estremece. El relato de la madre describe el estado de shock en el que encontró a su hija: gritando, llorando, traumatizada por la brutalidad del ataque. A pesar del trauma, la menor logró proporcionar una descripción detallada de la vestimenta y características físicas de los agresores, información que, inexplicablemente, no ha sido suficiente para identificarlos a pesar de la supuesta presencia de cámaras de seguridad en todo el plantel.
Lo que agrava aún más esta situación es la aparente indiferencia de las autoridades del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Sur. Adriana Ochoa denuncia la falta de apoyo y la nula preocupación por el bienestar de su hija. Según su testimonio, la directora del plantel no se ha interesado por el estado de salud de la menor ni ha mostrado la mínima empatía ante la gravedad de los hechos. Esta pasividad institucional es, sin duda, una bofetada a la justicia y un reflejo de la vulnerabilidad a la que se enfrentan los estudiantes en un entorno que debería garantizar su seguridad.
La denuncia de Adriana Ochoa ha destapado una problemática latente: la falta de seguridad en el plantel Sur del CCH. La madre asegura que este no ha sido un caso aislado y que existen otros incidentes similares que han sido silenciados. La facilidad con la que personas ajenas a la institución pueden ingresar al plantel es una alarma que debe encenderse. ¿De qué sirven las cámaras de seguridad si no se utilizan para identificar a los agresores? ¿Qué medidas se están tomando para proteger a los estudiantes? Estas son preguntas que exigen respuestas inmediatas por parte de las autoridades escolares y gubernamentales.
El llamado de Adriana Ochoa a difundir este caso es un clamor por la justicia y la seguridad de todos los estudiantes. No podemos permitir que la impunidad se instale en nuestros centros educativos. Es necesario que la sociedad se una para exigir una investigación exhaustiva, la identificación y castigo de los responsables, y la implementación de medidas efectivas para garantizar la seguridad de los jóvenes en las escuelas. La violencia contra las mujeres no puede ser tolerada bajo ninguna circunstancia, y mucho menos en espacios que deberían ser sinónimo de aprendizaje y crecimiento. Es hora de alzar la voz y exigir un cambio real.
Fuente: El Heraldo de México