
8 de abril de 2025 a las 18:25
Hijo Consentido: La Verdad Tras el Asesinato de sus Padres
La serenidad que mostró Juan David Perdomo tras confesar el brutal asesinato de sus padres, Sonia Wehdeking Baños y José Luis Perdomo Hernández, ha conmocionado a la sociedad colombiana y ha desatado un torbellino de interrogantes. Más allá de la crudeza del acto en sí, la aparente indiferencia del joven, capturado momentos después del crimen en el barrio Kripas de Villavicencio, ha generado escalofríos y ha puesto el foco en la compleja psicología que podría esconderse tras esta tragedia familiar.
El reconocido criminólogo y psicólogo forense, Belisario Valbuena, arroja luz sobre el desconcertante comportamiento de Perdomo. "Su falta de expresividad, la ausencia de cualquier reacción adversa o de sorpresa ante la magnitud de sus actos, nos habla de una desconexión emocional profunda", afirma el especialista. Para Valbuena, Juan David "toma la situación, el asesinato de sus propios padres, como cualquier otra", una frialdad que resulta incomprensible para la mayoría.
Esta ausencia de afecto, de conexión con el dolor ajeno y propio, podría estar relacionada con la alexitimia, un trastorno que se caracteriza por la incapacidad para identificar y expresar las propias emociones. "Estamos ante una expresión emocional nula, una ausencia de arrepentimiento visible", apunta Valbuena, quien sospecha que la confesión de Juan David podría estar motivada por la búsqueda de beneficios judiciales más que por un genuino sentimiento de culpa.
El experto va más allá y plantea la posibilidad de un trastorno de integración afectiva, una condición que dificulta el procesamiento de las emociones y su conexión con experiencias y pensamientos. Este tipo de trastorno, a menudo invisible, puede manifestarse en conductas extremas y dificultades para establecer vínculos saludables.
La tragedia de la familia Perdomo Wehdeking nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de detectar y abordar tempranamente estos trastornos. La falta de conexión emocional, como señala Valbuena, puede derivar en dinámicas familiares disfuncionales, donde los hijos ejercen un control tirano sobre sus padres, mostrando desobediencia, falta de límites e incluso maltrato.
El eco de los gritos y el forcejeo que alertaron a los vecinos en la madrugada del sábado 22 de marzo persistirá en la memoria colectiva. Este caso abre una ventana a la complejidad del comportamiento humano y nos recuerda la urgencia de prestar atención a las señales que muchas veces pasan desapercibidas en el seno familiar. La investigación continúa y se espera que arroje más luz sobre los motivos que llevaron a Juan David Perdomo a cometer este atroz crimen. Mientras tanto, la sociedad colombiana se mantiene a la expectativa, conmocionada por la frialdad de un acto que desafía nuestra comprensión.
Fuente: El Heraldo de México