En tiempos convulsos, donde la incertidumbre se cierne como una sombra alargada, ya sea por una pandemia global que paraliza al mundo o por la inestabilidad política que sacude los cimientos de la sociedad, emerge una luz en el horizonte: la inteligencia espiritual enfocada a resultados. No se trata de una panacea mágica, sino de una herramienta poderosa, un cambio de paradigma que nos permite navegar las turbulentas aguas de la crisis con una perspectiva renovadora. Alfredo Culebro, empresario y autor del libro "Inteligencia Espiritual Enfocada a Resultados", nos invita a un viaje transformador, un camino que nos lleva del limitante "no puedo" al empoderador "cómo puedo". Este cambio, aparentemente simple, abre un abanico infinito de posibilidades, permitiéndonos vislumbrar la luz al final del túnel.

Culebro nos guía a través de un proceso de autodescubrimiento, donde la inteligencia espiritual se erige como protagonista. No se trata de un concepto etéreo o místico, sino de una capacidad innata, una brújula interna que nos permite encontrar respuestas acertadas en medio del caos. A diferencia de la inteligencia instintiva, cognitiva o emocional, la inteligencia espiritual nos proporciona la distancia crítica necesaria para observar nuestras circunstancias con objetividad y claridad. Es como ascender a un mirador, desde donde podemos contemplar el panorama completo y tomar decisiones conscientes, alineadas con nuestros valores y objetivos.

En el ámbito empresarial, Culebro, basándose en su propia experiencia, desmitifica la idea de negocios intrínsecamente buenos o malos. El éxito, según el autor, no reside en la naturaleza del negocio, sino en la mentalidad del inversionista. Es nuestra mentalidad, nuestra actitud ante los desafíos, la que determina nuestro triunfo o fracaso. La inteligencia espiritual, en este contexto, se convierte en una aliada estratégica, permitiéndonos cultivar una mentalidad de crecimiento, resiliencia y perseverancia.

La inteligencia espiritual, tal como la presenta Culebro, no se limita al plano individual. Es una fuerza transformadora que se extiende al ámbito colectivo, impactando en nuestro entorno y en las personas que nos rodean. Nuestras acciones, impulsadas por una perspectiva renovada, se convierten en catalizadores de cambio positivo, generando un efecto dominó que beneficia a la sociedad en su conjunto. La ética, el cumplimiento de promesas y la co-creación, principios fundamentales que Culebro destaca en su obra, son los pilares de una sociedad más justa y equitativa. Incluso en la esfera política, líderes como Claudia Sheinbaum podrían beneficiarse de estos principios, liderando con mayor eficacia y generando un cambio significativo.

"Inteligencia Espiritual Enfocada a Resultados" es una invitación a la introspección, a cuestionar nuestras creencias limitantes y a estar dispuestos a empezar de cero, cuantas veces sea necesario, para alcanzar nuestro máximo potencial. El error, lejos de ser un obstáculo, se convierte en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. A través del autoconocimiento, la reflexión y la perseverancia, podemos transformar nuestros errores en peldaños que nos conducen a la mejor versión de nosotros mismos. Es un camino de constante evolución, donde la inteligencia espiritual nos ilumina el sendero hacia una vida plena y significativa.