Un escalofriante misterio envuelve la provincia de San Juan, Argentina, donde la brillante científica Luciana Bustos Sánchez, de 34 años y miembro del prestigioso CONICET, se encuentra en el ojo del huracán, acusada del brutal asesinato de su amigo y profesor de educación física, Marcelo José Amarfil. La madrugada del 17 de enero de 2024 quedará grabada a fuego en la memoria colectiva, marcando el inicio de una intrincada trama que ha conmocionado a la nación.

La relación entre Luciana y Marcelo, tejida entre las pesas y máquinas del gimnasio donde él impartía clases, trascendió la simple amistad. Un vínculo complejo, matizado por la admiración de Marcelo hacia la científica y un romance que floreció en medio de la rutina de ejercicios. Sin embargo, la noche del crimen, una sombra de dolor se cernía sobre Marcelo, quien aún se tambaleaba por la reciente pérdida de su madre. En un intento por aliviar su pena, Luciana, según el testimonio de Graciela, hermana de la víctima, lo invitó a una cena que se transformaría en la antesala de la tragedia.

Tras compartir una velada en un bar local, la pareja se dirigió en el automóvil de Luciana hacia una calle desolada. Dentro del vehículo, la intimidad habría dado paso al horror. Una llamada telefónica de Luciana a Graciela en la madrugada, entre la 1:30 y las 2:00 am, rompió el silencio de la noche con la estremecedora noticia: "Mi amigo se mató, se mató con un cuchillo. Le dio un brote psicótico". La escena que encontraron los agentes policiales al llegar al lugar contrastaba dramáticamente con la versión de la científica: Marcelo yacía sin vida junto al automóvil, desangrado por múltiples heridas.

La investigación, que apenas comienza a desentrañar los oscuros recovecos de este caso, apunta a un posible "homicidio doloso doblemente agravado por el vínculo y por mediar alevosía". Las autoridades se encuentran investigando la posibilidad de que Marcelo haya sido maniatado al volante de su propio vehículo, con un antifaz cubriendo sus ojos, antes de ser brutalmente atacado. La declaración de Graciela, hermana del fallecido, añade un nuevo elemento a la ecuación: una relación sadomasoquista entre Luciana y Marcelo. "Mi hermano era zurdo y las heridas estaban del lado derecho", un detalle que siembra aún más dudas sobre la versión de la científica.

Seis puñaladas, una de ellas en el cuello, acabaron con la vida del joven profesor, quien, según la hipótesis de los fiscales, luchó desesperadamente por defenderse. Mientras la justicia busca dilucidar la verdad, la comunidad se debate entre la incredulidad y la consternación. ¿Qué motivos podrían haber llevado a una brillante científica a cometer semejante acto? La promesa de un futuro compartido, con la apertura de un segundo gimnasio en San Juan, se desvanece en el aire, dejando tras de sí un reguero de interrogantes y un profundo sentimiento de desolación. El juicio que se inicia esta semana promete ser un largo y tortuoso camino hacia la verdad, un camino que deberá arrojar luz sobre las sombras que envuelven este caso y determinar la culpabilidad o inocencia de Luciana Bustos Sánchez. El destino de la científica, y la justicia para Marcelo, penden de un hilo.