
8 de abril de 2025 a las 22:35
Asesinato en Huitzilac: Secretario del Ayuntamiento acribillado
La conmoción se extiende como una sombra sobre el estado de Morelos. La tarde del martes 8 de abril, el Congreso estatal se sumió en un minuto de silencio, un silencio denso e impregnado de dolor, tras la confirmación del asesinato de Alejandro Mancilla, secretario del Ayuntamiento de Huitzilac. La noticia, como un rayo en plena serenidad, ha sacudido los cimientos de la política local y ha dejado a la comunidad de Huitzilac sumida en la incertidumbre y el miedo.
Aún resuenan en el aire las preguntas sin respuesta. ¿Quiénes fueron los autores de este acto de barbarie? ¿Cuáles fueron los motivos que les impulsaron a segar la vida de un servidor público? Las autoridades, en una carrera contrarreloj, han iniciado las investigaciones pertinentes, con el firme compromiso de esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. La Fiscalía General del Estado ha desplegado un equipo especializado en la zona, recopilando evidencias, tomando declaraciones y siguiendo cada pista que pueda arrojar luz sobre este oscuro episodio.
La figura de Alejandro Mancilla se dibuja en el recuerdo de quienes lo conocieron como un hombre comprometido con su trabajo y con su comunidad. Su dedicación y su vocación de servicio eran reconocidas por todos, desde sus compañeros en el Ayuntamiento hasta los vecinos de Huitzilac, quienes hoy lloran su pérdida. Su repentina ausencia deja un vacío difícil de llenar, un vacío que se traduce en la palpable tristeza que embarga a todo el municipio.
Más allá del dolor inmediato, el asesinato de Alejandro Mancilla plantea interrogantes cruciales sobre la seguridad en el estado de Morelos. La violencia, como una bestia insaciable, sigue cobrando víctimas y sembrando el terror en la sociedad. ¿Qué medidas se están tomando para proteger a los servidores públicos que, día a día, arriesgan sus vidas en el cumplimiento de su deber? ¿Cómo podemos, como sociedad, construir un entorno de paz y seguridad para todos? Estas son preguntas que exigen respuestas urgentes, respuestas que no pueden esperar.
El Congreso del Estado, en su minuto de silencio, no solo honró la memoria de Alejandro Mancilla, sino que también envió un mensaje claro: la violencia no puede ser la respuesta. La justicia debe prevalecer y la impunidad no puede ser tolerada. Es imperativo que las autoridades redoblen sus esfuerzos para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y para que hechos como este no se repitan. El futuro de Morelos depende de nuestra capacidad para construir una sociedad donde la vida sea respetada y valorada por encima de todo. Hoy, más que nunca, debemos unirnos como comunidad y exigir un alto a la violencia. El recuerdo de Alejandro Mancilla debe servirnos como un recordatorio constante de la importancia de luchar por un Morelos en paz. Su legado de servicio y compromiso debe inspirarnos a construir un futuro mejor, un futuro donde la justicia y la seguridad sean la norma, no la excepción.
Fuente: El Heraldo de México