
7 de abril de 2025 a las 14:05
Triunfa con Victoria
La tregua comercial otorgada por Estados Unidos, aunque precaria, representa un respiro vital para la economía mexicana. Es un triunfo, sí, pero debemos ir más allá de la autocomplacencia y aprovechar esta ventana de oportunidad para fortalecer nuestra posición. No podemos depender de la volatilidad del humor presidencial de nuestro vecino del norte. La clave reside en la construcción de cimientos sólidos que blinden nuestra economía ante futuras tormentas.
Imaginen un barco en medio de una tempestad. El capitán, hábilmente, ha logrado esquivar una ola gigantesca que amenazaba con partirlo en dos. La tripulación respira aliviada, pero la tormenta no ha cesado. ¿Acaso es momento de celebrar? No, es el momento de reforzar el casco, ajustar las velas y prepararse para el siguiente embate. Eso es precisamente lo que México debe hacer ahora.
El T-MEC, a pesar de los aranceles impuestos en sectores clave como el automotriz y el acero, sigue siendo nuestro salvavidas. Es un acuerdo imperfecto, sin duda, pero nos brinda un marco de protección que otros países no tienen. Debemos aferrarnos a él y, al mismo tiempo, diversificar nuestras relaciones comerciales. No podemos poner todos los huevos en la misma canasta. Explorar nuevos mercados, fortalecer los lazos con Europa, Asia y Latinoamérica, es esencial para reducir nuestra dependencia de Estados Unidos.
La presidenta Sheinbaum ha presentado 18 acciones para reforzar el Plan México. Es un buen comienzo, pero no suficiente. La verdadera transformación radica en la creación de un clima propicio para la inversión, tanto nacional como extranjera. Y esto no se logra con discursos, sino con acciones concretas.
El sector empresarial, el motor de la economía, clama por tres cosas fundamentales: certeza jurídica, seguridad y simplificación de trámites burocráticos. No son peticiones excesivas, sino los pilares sobre los que se construye un entorno de negocios saludable.
La certeza jurídica es el oxígeno de la inversión. Sin reglas claras y estables, los inversionistas huyen como ratas de un barco que se hunde. La reciente reforma al Poder Judicial, lejos de generar confianza, siembra incertidumbre y desconfianza. Es un paso en falso que debe rectificarse de inmediato.
La seguridad es otro elemento crucial. Ninguna empresa puede prosperar en un ambiente de violencia e inseguridad. El gobierno debe redoblar sus esfuerzos para combatir la delincuencia y garantizar la tranquilidad de los empresarios y sus trabajadores.
Finalmente, la burocracia asfixiante es un cáncer que carcome la competitividad del país. Abrir un negocio en México se ha convertido en una odisea de trámites engorrosos y corruptelas. Es imperativo simplificar los procesos y eliminar las barreras que impiden el florecimiento de las empresas.
En resumen, el respiro que nos ha dado Trump es una oportunidad de oro para fortalecer nuestra economía y construir un futuro más próspero. No la desperdiciemos. Es el momento de actuar con decisión y visión de largo plazo. El futuro de México está en juego.
Fuente: El Heraldo de México