La tragedia que ensombreció el AXE Ceremonia 2023 nos deja a todos con un profundo sentimiento de tristeza y consternación. La pérdida de dos jóvenes talentos, Miguel Ángel Rojas Hernández y Citlali Berenice Giles, en pleno ejercicio de su pasión, la fotografía, es un golpe devastador para la comunidad artística y para todos aquellos que tuvimos la oportunidad de apreciar su trabajo. Más allá de la música, las luces y la celebración, este evento nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de la seguridad en cualquier tipo de evento masivo.

El silencio en las redes sociales del festival, roto únicamente por el comunicado oficial, es un reflejo del impacto emocional que este accidente ha generado. Si bien es comprensible el dolor y la necesidad de procesar lo ocurrido, la ausencia de información detallada sobre las circunstancias del accidente genera incertidumbre y especulación. La transparencia en momentos como este es crucial para honrar la memoria de las víctimas y para construir la confianza del público.

Es fundamental que la investigación a cargo de la Fiscalía de la Ciudad de México sea exhaustiva y que se determinen las responsabilidades correspondientes. La promesa de los organizadores de revisar y fortalecer los protocolos de seguridad es un paso importante, pero no suficiente. Se requiere una revisión a fondo de las prácticas de seguridad en la industria de los eventos masivos, para garantizar que tragedias como esta no se repitan.

La comunidad artística, y en especial el gremio de fotógrafos, ha mostrado una gran solidaridad con las familias de Miguel Ángel y Citlali. Sus colegas los recuerdan como profesionales apasionados, comprometidos con su trabajo y con una gran sensibilidad artística. Su legado permanecerá en las imágenes que capturaron, testigos silenciosos de momentos vibrantes y llenos de vida.

Este lamentable suceso nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar cada instante, de cuidar de nosotros mismos y de los demás. La música y el arte deben ser espacios de alegría y de encuentro, no de dolor y pérdida. Que la memoria de Miguel Ángel y Citlali nos inspire a construir un futuro donde la seguridad y el respeto por la vida sean la prioridad en cada evento, en cada espacio donde se celebre la creatividad y la pasión. Esperamos que las investigaciones arrojen luz sobre lo sucedido y que se tomen las medidas necesarias para evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir. Mientras tanto, nos unimos al dolor de sus familias, amigos y colegas, y honramos su memoria con el compromiso de construir un mundo más seguro para todos.