
7 de abril de 2025 a las 14:05
Sheinbaum: Doble reto
La tormenta perfecta se cierne sobre el México de Claudia Sheinbaum. Seis meses apenas han transcurrido desde su llegada a la presidencia y la sensación de crisis permanente se ha instalado como una sombra alargada. No se trata de una simple percepción, sino de una realidad palpable, construida sobre los cimientos inestables de la herencia recibida y las embestidas externas de un proteccionismo agresivo encarnado en la figura de Donald Trump. Un escenario complejo, donde la "arrogante ignorancia" del magnate estadounidense, como acertadamente la describe el analista José Carreño Figueras, se combina con las lealtades, a veces rayanas en la complicidad, de figuras del pasado régimen.
La guerra comercial declarada por Trump, a pesar de los intentos del gobierno de Sheinbaum por minimizar su impacto y proyectar una imagen de optimismo, continúa asestando golpes a la economía mexicana. La espada de Damocles de los aranceles, lejos de desaparecer en el "día de la liberación" pregonado por el presidente estadounidense, sigue pendiendo sobre las exportaciones nacionales, estrangulando el potencial de crecimiento y limitando el margen de maniobra del nuevo gobierno.
A esta presión económica se suma la amenaza latente de intervenciones militares directas contra el narcotráfico en territorio mexicano. Una estrategia de presión que, si bien se justifica bajo el pretexto de combatir a los cárteles de la droga, no deja de ser una injerencia preocupante en la soberanía nacional y un recordatorio constante de la vulnerabilidad del país frente a su poderoso vecino del norte. Incluso, rumores inquietantes apuntan a posibles presiones para actuar contra figuras políticas del pasado, abriendo la puerta a especulaciones sobre venganzas políticas y ajustes de cuentas.
Sheinbaum ha heredado una economía debilitada, lastrada por inversiones cuestionables que se han convertido en un pesado fardo para las finanzas públicas. Este panorama limita drásticamente su capacidad de respuesta frente a las presiones externas y la obliga a navegar en un mar de incertidumbre, donde la apuesta por la continuidad del T-MEC se presenta como la única vía viable, a pesar de las constantes violaciones unilaterales por parte de Estados Unidos. La integración regional, que en teoría prometía bonanza para los tres países, se tambalea peligrosamente, amenazando con sumir a la región en un espiral de dificultades.
Y como si esto no fuera suficiente, la división interna en el partido gobernante añade un nuevo ingrediente a la explosiva mezcla. Lejos de mostrar unidad y solidez, las disputas internas se exhiben públicamente, socavando la autoridad de la presidenta y perpetuando el fantasma del "Tlatoani", esa figura omnipresente que concentra todo el poder y que parece resistirse a desaparecer del escenario político mexicano.
En definitiva, Claudia Sheinbaum se enfrenta a un desafío titánico. La tormenta perfecta se ha desatado y solo el tiempo dirá si la presidenta cuenta con la habilidad y la fortaleza necesarias para capear el temporal y conducir al país hacia aguas más tranquilas. La mirada del mundo está puesta en México, expectante ante el desenlace de esta compleja partida geopolítica.
Fuente: El Heraldo de México