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7 de abril de 2025 a las 22:00

Salva tu Corazón: México Unido por la Salud

La sombra de las enfermedades no transmisibles se cierne sobre las Américas, un espectro silencioso que cobra la vida de más de 5 millones de personas cada año. Imaginen, una cifra que supera la población de muchos países, desvaneciéndose año tras año debido a padecimientos que, en muchos casos, podríamos prevenir. No se trata de una epidemia en el sentido tradicional, no hay un virus o bacteria que se propague de persona a persona. El enemigo, en este caso, es un estilo de vida que nos aleja del bienestar y nos acerca a un destino marcado por la enfermedad crónica.

El 71% de las muertes a nivel mundial, una cifra abrumadora, se atribuyen a estas afecciones silenciosas. Enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, diabetes… nombres que resuenan con familiaridad, que escuchamos en conversaciones cotidianas, que quizás forman parte de nuestra propia historia familiar. Son padecimientos que no discriminan por edad, región o país. Atacan a ricos y pobres, a jóvenes y ancianos, dejando una estela de dolor y pérdidas irreparables.

¿Cómo es posible que, en una era de avances médicos sin precedentes, sigamos perdiendo la batalla contra estas enfermedades? La respuesta, aunque compleja, apunta hacia un factor común: nuestros hábitos. La inactividad física, el consumo excesivo de alcohol, el tabaco que nos roba el aliento, las dietas cargadas de grasas, azúcares y sal… son los ladrillos con los que construimos, poco a poco, el camino hacia la enfermedad. Estos hábitos, aparentemente inofensivos en el corto plazo, desencadenan una cascada de problemas metabólicos: hipertensión, hiperglucemia, sobrepeso, obesidad… Con cada mala decisión, nos acercamos un paso más al precipicio.

Las proyecciones son alarmantes. Para 2030, se estima que el 70% de las muertes a nivel mundial serán causadas por enfermedades crónicas. Una cifra que nos obliga a reflexionar, a cuestionar nuestro estilo de vida, a tomar las riendas de nuestra salud. En México, el panorama no es diferente. Las estadísticas del INEGI nos muestran una realidad cruda: enfermedades del corazón, diabetes y cáncer lideran la lista de las principales causas de muerte. Más de 200 mil decesos en tan solo el primer semestre del 2024, un número que nos golpea con fuerza y nos recuerda la urgencia de actuar.

Pero no todo está perdido. Aún estamos a tiempo de cambiar el rumbo. La clave está en nuestras manos, en las decisiones que tomamos cada día. Adoptar un estilo de vida saludable no se trata de sacrificios extremos, sino de pequeños cambios que, sumados, pueden marcar la diferencia. Mantener un peso adecuado, incorporar el ejercicio a nuestra rutina, optar por una dieta balanceada, alejarnos del tabaco y el alcohol… son pasos sencillos pero poderosos que nos pueden alejar del riesgo.

No se trata de una tarea individual. Necesitamos el apoyo de profesionales de la salud, que nos guíen y nos acompañen en este proceso. Cada persona es un mundo, con necesidades y circunstancias únicas. El médico familiar, ese aliado incondicional de nuestra salud, juega un papel fundamental en la prevención y el control de estas enfermedades.

El Día Mundial de la Salud, que celebramos cada 7 de abril, es un recordatorio de la importancia de cuidar nuestro bienestar físico y mental. Es una oportunidad para informarnos, para concientizarnos, para tomar acción. No esperemos a que la enfermedad toque a nuestra puerta. Tomemos el control de nuestra salud hoy, para disfrutar de un futuro más pleno y saludable. El cambio empieza por nosotros.

Fuente: El Heraldo de México