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8 de abril de 2025 a las 00:05

Obsesión oscura: venganza en la deep web

La obsesión puede llevar a las personas a cometer actos inimaginables, cruzando la línea de la razón y adentrándose en un territorio peligroso donde las consecuencias pueden ser devastadoras. Este es el caso de Viet Tran, un joven de 21 años cuya fijación por su exnovia lo condujo a un espiral descendente de celos, planeación meticulosa y un acto de violencia que le costará años de libertad. Su incapacidad para aceptar el fin de la relación lo empujó a buscar respuestas en los rincones más oscuros de internet, la deep web, un lugar donde la ilegalidad y el anonimato se entrelazan.

Allí, en ese laberinto digital, Tran encontró lo que buscaba: un hacker dispuesto a traspasar los límites de la privacidad y la seguridad. La deep web, un espacio virtual sin reglas, se convirtió en la herramienta para su venganza. Contrató los servicios de este individuo para acechar a su expareja, para invadir su vida y seguir sus pasos sin que ella lo supiera. Un acto que, por sí solo, ya representa una grave violación a la intimidad y un precedente peligroso en la era digital.

El hacker, aprovechando las vulnerabilidades de la red, logró rastrear a la joven hasta Manchester, en el Reino Unido. Con la información en mano, Tran no dudó en recorrer la distancia que lo separaba de su objetivo. Su mente, nublada por la obsesión, sólo se concentraba en llevar a cabo su plan, un plan que había ido tomando forma en la oscuridad de sus pensamientos. Imaginen la determinación, la frialdad con la que este joven cruzó fronteras, impulsado por una mezcla tóxica de rencor y despecho.

En las calles de Manchester, bajo el manto de la madrugada, Tran encontró a su exnovia en compañía de su nueva pareja. A las 4:00 am, en un acto cobarde y premeditado, los roció con pintura ultravioleta, desorientándolos y dejándolos vulnerables ante su ataque. Aprovechando la confusión, Tran los apuñaló, dejando una huella imborrable de violencia y terror.

Afortunadamente, las víctimas sobrevivieron al ataque, pero las cicatrices físicas y emocionales seguramente persistirán. La justicia, sin embargo, no tardó en alcanzar a Tran. Fue detenido y condenado a 13 años de prisión, un castigo que refleja la gravedad de sus actos. El juez, al dictar sentencia, calificó el caso como uno de los más premeditados que había visto, destacando la frialdad y la planificación con la que Tran ejecutó su plan.

Las investigaciones posteriores revelaron la profundidad de la obsesión de Tran. El detective a cargo del caso, Sam Cullen, afirmó que las pruebas demostraban claramente que el joven sabía exactamente lo que iba a hacer, movido por los celos y la incapacidad de aceptar el fin de la relación. Este caso nos recuerda los peligros de la obsesión y la importancia de buscar ayuda profesional cuando los sentimientos de rechazo y dolor se vuelven incontrolables. También nos alerta sobre los riesgos de la deep web, un espacio donde la ilegalidad puede ser accesible con un simple clic. La historia de Viet Tran es una trágica lección sobre las consecuencias devastadoras de permitir que la obsesión nos consuma y nos conduzca por un camino de violencia y destrucción.

Fuente: El Heraldo de México