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7 de abril de 2025 a las 08:10

Niños de Guerrero: Una nueva historia

La historia de Marisol, marcada por la crueldad y el abandono, es un reflejo desgarrador de la realidad que enfrentan muchas niñas en Acapulco. Imaginen crecer en un ambiente donde el amor y la protección son reemplazados por golpes y quemaduras, donde la inocencia es robada a temprana edad. Marisol, junto con decenas de niñas, vivía hacinada en una dependencia de la Fiscalía del Estado de Guerrero, un espacio que, lejos de ser un refugio, se convirtió en un símbolo de la precariedad y la vulnerabilidad que experimentaban. Como si la violencia sistemática, que iba desde la agresión física hasta el abuso sexual, no fuera suficiente, la naturaleza también se ensañó con ellas. El huracán Otis, seguido por John, arrasó con el poco resguardo que tenían, dejando al descubierto la fragilidad de su situación.

Saskia Niño de Rivera, cofundadora de Reinserta, describe el panorama desolador que encontró al llegar a Acapulco con ayuda humanitaria. La imagen de las niñas resguardadas en un espacio improvisado, junto a la Fiscalía, la impactó profundamente. Ver el refugio destruido por los huracanes la impulsó a actuar, a buscar una solución para estas pequeñas víctimas de la violencia y el abandono.

La vida de estas más de 60 niñas ha sido un camino de espinas. Víctimas de la violencia de sus propios padres, algunas incluso entregadas a redes de trata, luchan por reconstruir sus vidas, por recuperar la inocencia que les fue arrebatada. Es difícil imaginar el dolor y el trauma que cargan, pero también es admirable su resiliencia, su fuerza para seguir adelante a pesar de las adversidades.

Reinserta, la asociación liderada por Niño de Rivera, no se quedó de brazos cruzados. Con el apoyo del DIF local y la solidaridad de quienes se han sumado a la causa, han iniciado un proyecto para brindarles a estas niñas una nueva oportunidad. Mientras se reconstruye el refugio, las niñas se encuentran en una guardería adaptada para proporcionarles un espacio seguro y digno.

El proceso jurídico en el que se encuentran estas niñas es complejo. Cada una tiene una historia diferente, un agresor que debe ser llevado ante la justicia. Mientras tanto, el Estado las resguarda, evaluando las posibilidades de reubicación o adopción, buscando el mejor camino para su futuro.

A pesar de los avances, la lucha continúa. Aún queda mucho por hacer para asegurar que estas niñas tengan una vida digna, llena de oportunidades. Es por eso que Reinserta hace un llamado a la sociedad, invitándonos a sumarnos a esta causa a través de donativos. Una forma especial de contribuir es adquiriendo las muñecas elaboradas por mujeres privadas de la libertad, inspiradas en las historias de estas valientes niñas. Cada muñeca representa una historia de lucha, de resiliencia, de esperanza. Al comprar una, no solo estamos apoyando económicamente al proyecto, sino que también nos convertimos en parte de la red de apoyo que busca sanar las heridas y construir un futuro mejor para estas niñas. Su futuro está en nuestras manos. No las abandonemos.

Fuente: El Heraldo de México