
7 de abril de 2025 a las 18:05
México: potencia emergente en el nuevo comercio.
La tensión comercial entre México y Estados Unidos se mantiene en el aire, como una espada de Damocles, tras las imposiciones arancelarias del gobierno de Donald Trump. Sin embargo, desde el corazón de la Secretaría de Economía, Marcelo Ebrard transmite un mensaje de cautelosa optimismo, asegurando que se han mitigado los efectos de estas medidas y que la prioridad ha sido la salvaguarda del T-MEC, el tratado que une las economías de Norteamérica.
En una entrevista exclusiva que dejó entrever la complejidad del tablero geopolítico actual, Ebrard Casaubon advirtió sobre las próximas semanas, un periodo crítico de 40 días que definirá el futuro de sectores industriales clave como el automotriz, el acero y el aluminio. El 13 de mayo se perfila como una fecha decisiva, una jornada en la que se tomarán decisiones cruciales sobre las autopartes, con la esperanza de que los acuerdos previos y los periodos de consulta permitan llegar a soluciones consensuadas.
El fantasma del arancel del 25% sobre los vehículos terminados, impuesto por Estados Unidos, planea sobre la industria automotriz mexicana. Para contrarrestar este golpe, Ebrard desveló la estrategia nacional: aprovechar los descuentos ofrecidos a los fabricantes que integren un mayor porcentaje de componentes estadounidenses en sus vehículos. Una adaptación obligada que pone a prueba la flexibilidad y la capacidad de innovación de las empresas mexicanas, forzándolas a reconfigurar sus líneas de producción para navegar en las turbulentas aguas del nuevo mercado.
Más allá de la inmediatez de las medidas arancelarias, la sombra de una posible renegociación del T-MEC se cierne sobre el horizonte. Aunque no se encuentra actualmente sobre la mesa, Ebrard reconoce que la posibilidad de retomar la discusión existe, especialmente considerando el verano como un punto de inflexión. Con Estados Unidos inmerso en un complejo entramado de negociaciones comerciales con más de 135 países, la renegociación del T-MEC podría volver a la palestra, añadiendo otra capa de incertidumbre al panorama.
El fentanilo, un tema candente en la agenda política estadounidense, y las incendiarias declaraciones de Donald Trump al respecto, también fueron abordados por Ebrard. Con serenidad, el secretario de Economía destacó las campañas de prevención y regulación implementadas en México para combatir el consumo de esta sustancia, subrayando el compromiso del país con la lucha contra el narcotráfico.
A pesar de las dificultades, Ebrard proyecta una imagen de confianza en el futuro. México, afirma, se encuentra en una posición privilegiada en el nuevo escenario comercial global, gracias a sus costos competitivos y una logística favorable que podrían fortalecer aún más su relación económica con Estados Unidos. Una visión optimista que se sustenta en la capacidad de adaptación y la resiliencia de la economía mexicana.
En definitiva, se avecina una etapa de intensas negociaciones, un periodo de prueba para la diplomacia y la estrategia económica mexicana. Sin embargo, las palabras de Ebrard transmiten un mensaje claro: México está preparado para enfrentar el desafío, mejor posicionado que muchos otros países para sortear las turbulencias y emerger fortalecido. La partida está en juego, y el futuro del comercio entre México y Estados Unidos se decide en los próximos movimientos.
Fuente: El Heraldo de México