La desaparición y posterior hallazgo del cuerpo de Ivón Maricela ha conmocionado a la sociedad, dejando un profundo vacío en su familia y amigos. Un último mensaje, "Te amo mamá", enviado a través de WhatsApp la noche del domingo 30 de marzo, resonará para siempre en el corazón de su madre. Esa simple frase, cargada de amor filial, se convirtió en la despedida inesperada de una joven de 31 años, llena de vida y con un futuro por delante. Un futuro truncado por la violencia que, lamentablemente, sigue azotando a nuestro país.

Ivón, madre de un niño de 7 años que ahora queda huérfano, salió de su hogar en la colonia Pedregal de Santo Domingo con la ilusión de disfrutar de una noche de esparcimiento con amigos. Una cerveza, unas risas, la promesa de un momento de desconexión de la rutina. Nadie podría imaginar que esa salida se convertiría en una tragedia. Las calles de Coyoacán, testigos silenciosos de la alegría inicial, se transformaron en el escenario de una pesadilla que culminaría a kilómetros de distancia, en un paraje solitario del municipio de Xoxocotla, Morelos.

La búsqueda, iniciada tras la falta de respuesta a mensajes y llamadas, se intensificó durante tres angustiosos días. La esperanza de encontrarla con vida se desvanecía con cada hora que pasaba. Finalmente, la terrible noticia llegó: el cuerpo de Ivón fue encontrado envuelto en una lona azul, asegurada con cinta transparente, en un camino de terracería del paraje Los Sauces. La imagen, desgarradora e impactante, nos confronta con la brutal realidad de la violencia de género y la vulnerabilidad de las mujeres en nuestro país.

Las investigaciones se centran ahora en esclarecer los hechos que llevaron a este fatal desenlace. Dos mujeres, identificadas como Juliana y Luisa, que acompañaban a Ivón la noche de su desaparición, se encuentran detenidas y vinculadas al asesinato. La justicia deberá determinar su responsabilidad en este crimen que ha arrebatado la vida de una joven madre, dejando a un niño sin su protectora y a una familia sumida en el dolor.

Este caso nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad y a redoblar los esfuerzos en la lucha contra la violencia de género. No podemos permitir que la historia de Ivón se repita. Debemos construir una sociedad donde las mujeres puedan vivir libres de miedo, donde salir a divertirse no se convierta en una sentencia de muerte. El recuerdo de Ivón debe ser un llamado a la acción, un impulso para construir un México más seguro y justo para todas y todos. La justicia para Ivón es justicia para todas las mujeres.

La consternación en la colonia Pedregal de Santo Domingo es palpable. Vecinos y amigos recuerdan a Ivón como una mujer trabajadora, dedicada a su hijo y siempre dispuesta a ayudar. La incertidumbre sobre los motivos que llevaron a su asesinato aumenta la indignación y el dolor. ¿Qué sucedió en esas horas fatídicas? ¿Qué llevó a sus acompañantes a cometer semejante atrocidad? Estas son las preguntas que claman por respuestas, las preguntas que la justicia deberá resolver.

Mientras tanto, la familia de Ivón, destrozada por el dolor, se aferra al recuerdo de su sonrisa, a la calidez de su último mensaje. "Te amo mamá", tres palabras que resonarán para siempre en sus corazones, un testimonio del amor incondicional que la violencia no podrá borrar. La lucha por la justicia para Ivón apenas comienza, una lucha que debe unirnos como sociedad en la exigencia de un país donde la vida de las mujeres sea valorada y protegida.