
7 de abril de 2025 a las 16:10
Justicia para Berenice: Su pasión no merecía la muerte.
La pasión de Berenice por la fotografía de conciertos, esa que la impulsaba a capturar la energía vibrante de la música en vivo, trágicamente se convirtió en el preludio de su despedida. Un escenario que debía estar lleno de vida y ritmo, se transformó en el silencioso testigo de una tragedia que ha conmocionado a la comunidad artística y a todo un país. Su padre, Raúl Giles, con la voz quebrada por el dolor, pero firme en su llamado a la justicia, compartió con los medios la profunda conexión de su hija con su trabajo, un amor incondicional que la llevó a estar presente en el Festival Axe Ceremonia, donde una estructura metálica le arrebató la vida junto a su compañero Miguel Hernández.
Desde el Instituto de Ciencias Forenses, donde esperaba la entrega del cuerpo de su hija, Raúl Giles no solo lamentó la pérdida irreparable de Berenice y Miguel, sino que también alzó la voz para advertir a la juventud sobre los riesgos latentes que se esconden detrás de la aparente festividad de estos eventos. La falta de medidas de seguridad adecuadas, la negligencia que se respira en el aire, puede convertir un momento de celebración en una tragedia devastadora. Su llamado es un grito desesperado para que se tomen medidas, para que ninguna otra familia tenga que experimentar el dolor que él ahora atraviesa. "Le fascinaba su trabajo. El detalle es que era tanta su pasión por el trabajo que murió", palabras que resumen la cruel ironía de una vida dedicada a la pasión, truncada por la irresponsabilidad.
La acusación de negligencia apunta directamente a los organizadores del festival y a las autoridades de la alcaldía Miguel Hidalgo. La indolencia demostrada al continuar con el evento después del accidente, como si la vida de dos jóvenes no tuviera valor, añade una capa más de indignación a la tragedia. ¿Cómo es posible que la música siga sonando mientras dos familias lloran la pérdida de sus seres queridos? ¿Qué mensaje se envía a la sociedad al priorizar el espectáculo sobre la seguridad y el respeto a la vida humana?
El abogado de la familia, Gerardo Guzmán, destapó otra serie de irregularidades que agravan aún más la situación. La falta de comunicación oportuna con la familia de Berenice, quienes no fueron notificados del accidente hasta la medianoche, les impidió estar presentes en los momentos finales de su hija. La angustia de la espera, la incertidumbre y la imposibilidad de identificarla en el hospital, son heridas profundas que se suman al dolor de la pérdida.
La historia de Berenice, una joven estudiante de comunicación a punto de graduarse de la UNAM, con una prometedora carrera en el periodismo digital, nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de exigir condiciones seguras en todos los ámbitos, especialmente en eventos masivos. Su pasión por la fotografía, su dedicación y su talento, quedaron sepultados bajo una estructura metálica, símbolo de la negligencia y la falta de responsabilidad. Su caso no puede quedar impune, debe ser un llamado a la reflexión y a la acción para que se implementen medidas que garanticen la seguridad de todos los asistentes y trabajadores en este tipo de eventos. La memoria de Berenice y Miguel debe ser un recordatorio constante de que la vida es un bien preciado que debe ser protegido y respetado por encima de cualquier interés económico o espectáculo.
Fuente: El Heraldo de México