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7 de abril de 2025 a las 19:00

Irene Herrerías: Derechos de los niños primero

La búsqueda de justicia, esa constante en la historia de la humanidad, encuentra un nuevo eco en la voz de Sara Irene Herrerías, fiscal Especializada en Materia de Derechos Humanos y aspirante a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Su amplia trayectoria, que abarca más de tres décadas al servicio público, la ha llevado a comprender la profunda responsabilidad que implica impartir justicia y a reconocer la necesidad de una perspectiva integral, especialmente cuando se trata de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Herrerías aboga por una visión de interseccionalidad dentro del Poder Judicial de la Federación, un enfoque que permita analizar cada caso desde múltiples prismas, considerando no solo la literalidad de la ley, sino también el impacto real que las decisiones judiciales tienen en la vida de las personas.

Esta perspectiva de interseccionalidad se convierte en un faro, iluminando la necesidad de priorizar los derechos de la infancia. Para Herrerías, la SCJN no solo debe resolver casos individuales, sino también proteger los derechos de todos, construyendo un futuro donde las nuevas generaciones puedan desarrollarse plenamente. Esta visión, enraizada en la convicción de que la justicia debe ser accesible y tangible para todos, se nutre de la experiencia de Herrerías como proyectista de sala, donde ha sido testigo de cómo la subjetividad de los jueces puede influir en sus decisiones.

La imparcialidad, pilar fundamental del sistema judicial, es un tema que Herrerías aborda con firmeza. Critica la tendencia de algunos jueces a imponer su propia visión del mundo en sus fallos, desviándose de la objetividad que exige la aplicación de la ley. Desde su perspectiva, la justicia no debe ser un reflejo de las opiniones personales, sino una aplicación rigurosa de la legislación vigente, basada en argumentos jurídicos sólidos y en la interpretación correcta de las normas. En este contexto, la creación de un Tribunal de Disciplina Judicial cobra especial relevancia, como un mecanismo para garantizar la rectitud y la transparencia en el actuar de los jueces, previniendo la corrupción y asegurando que las resoluciones se ajusten a la letra y al espíritu de la ley.

Herrerías anhela una Corte empática, capaz de comprender las circunstancias particulares de cada caso y de brindar soluciones efectivas. Critica la práctica de los amparos para efectos, que a menudo dilatan los procesos y postergan la justicia, dejando a las personas en un limbo de incertidumbre. Su visión es la de una justicia expedita, que llegue al fondo de los asuntos y ofrezca respuestas concretas, sin dilaciones innecesarias. "La justicia está para que quien llegue a la SCJN encuentre el fondo. Una justicia de muchos años ya no es justicia", afirma con convicción, resaltando la importancia de una justicia pronta y eficaz.

La aspiración de Sara Irene Herrerías a ocupar un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación no se basa únicamente en su extensa trayectoria y conocimientos jurídicos, sino también en su compromiso con una justicia más humana, accesible y eficiente. Su visión de una justicia interseccional, priorizando los derechos de la infancia y buscando la imparcialidad en cada decisión, representa una bocanada de aire fresco en el panorama judicial mexicano. Su llamado a una Corte empática, capaz de resolver los casos en el fondo y sin dilaciones, resonará sin duda en la sociedad, que anhela una justicia que esté verdaderamente al servicio de la gente. Su lema, "La justicia no tiene partido", resume su compromiso con la equidad y la imparcialidad, valores esenciales para construir un sistema judicial sólido y confiable.

Fuente: El Heraldo de México