
Inicio > Noticias > Entretenimiento
7 de abril de 2025 a las 06:50
Festivales mortales: ¿normalidad o negligencia?
La tragedia en el Festival Axe Ceremonia ha dejado una profunda herida en el corazón de la industria musical mexicana. Dos jóvenes vidas, llenas de promesa y pasión por el periodismo, fueron truncadas de manera abrupta e inexplicable. Berenice Giles y Miguel Hernández, dedicados a capturar la energía y la emoción de la música, se convirtieron en víctimas de una negligencia que aún clama por justicia. La caída de la estructura metálica, un incidente que pudo haberse evitado, nos obliga a cuestionar la seguridad y la responsabilidad en eventos de esta magnitud. ¿Se tomaron todas las precauciones necesarias? ¿Se evaluaron los riesgos con la seriedad que ameritaba un evento masivo? Estas preguntas resuenan con fuerza en medio del dolor y la indignación.
Más allá de la tragedia misma, la reacción de algunos sectores de la sociedad ha añadido sal a la herida. La insensibilidad mostrada por la usuaria de redes sociales, identificada como Karen, al lamentar la cancelación del festival y minimizar la pérdida de dos vidas humanas, es un reflejo preocupante de la superficialidad y la falta de empatía que a veces permea nuestra cultura. Sus palabras, "es parte del festival, es como el sacrificio que se tiene que hacer", no solo son ofensivas para las víctimas y sus familias, sino que también revelan una desconexión alarmante con la realidad y el valor de la vida humana. ¿Cómo es posible que la cancelación de un concierto pese más que la muerte de dos personas? Este tipo de reacciones nos obligan a reflexionar sobre los valores que promovemos como sociedad y la importancia de cultivar la compasión y el respeto.
La respuesta de la comunidad periodística y artística ha sido ejemplar. La vigilia a las afueras del Parque Bicentenario, con velas iluminando la oscuridad, se convirtió en un símbolo de solidaridad y un llamado a la justicia. Las voces que se alzan para exigir una investigación exhaustiva y la rendición de cuentas de los responsables, representan la esperanza de que esta tragedia no quede impune. Es fundamental que las autoridades actúen con transparencia y diligencia para esclarecer los hechos y asegurar que se tomen las medidas necesarias para prevenir futuras tragedias. La memoria de Berenice y Miguel debe servir como un recordatorio constante de la importancia de la seguridad y la responsabilidad en la organización de eventos masivos.
El Festival Axe Ceremonia, que prometía ser una celebración de la música y la cultura, se transformó en un escenario de dolor y luto. La cancelación del segundo día del evento fue una decisión inevitable, un gesto de respeto ante la pérdida irreparable. Sin embargo, la música no puede silenciarse por completo. Debe continuar, pero con una renovada conciencia de la fragilidad de la vida y la importancia de construir espacios seguros para todos. El futuro de los festivales de música en México dependerá de la capacidad de la industria para aprender de esta tragedia y asumir la responsabilidad que le corresponde. El recuerdo de Berenice y Miguel debe ser un llamado a la acción, un impulso para construir un futuro en el que la música pueda celebrarse sin el temor a la tragedia.
Fuente: El Heraldo de México