7 de abril de 2025 a las 14:06
El arte de cuidar en tiempos difíciles.
La imponente obra de Alberto Castro Leñero, "Desplazamiento", no solo adorna los arcos del histórico Colegio de San Ildefonso, sino que también interpela al espectador con una profunda reflexión sobre la migración, un fenómeno que marca nuestro tiempo. A diferencia de los murales tradicionales que se funden con la arquitectura, esta pieza, concebida como un "mural portátil", desafía las convenciones y se presenta como un lienzo itinerante que busca conectar con diversas audiencias. Su carácter nómada, lejos de restarle valor, amplifica su mensaje, llevándolo a nuevos espacios y generando diálogos en diferentes contextos.
Imaginen la escena: los antiguos muros del colegio, testigos silenciosos del paso del tiempo y de las pinceladas de maestros muralistas como Orozco, Rivera y Siqueiros, ahora acogen esta obra contemporánea que, si bien dialoga con la tradición, se erige como una propuesta innovadora. Las figuras en movimiento, representaciones abstractas del ser humano en su periplo migratorio, se entrelazan con la icónica figura de la Virgen de Guadalupe, símbolo de esperanza y amparo para quienes buscan un nuevo horizonte. Una red, metáfora de las conexiones humanas y las redes de apoyo, une estos elementos, creando una composición visualmente impactante y cargada de simbolismo.
Castro Leñero, con la maestría que lo caracteriza, no se limita a retratar la crudeza del desplazamiento, sino que también infunde un mensaje de resiliencia y anhelo de un futuro mejor. Su arte se convierte en un espejo de la sociedad, reflejando las problemáticas contemporáneas, pero también la capacidad del ser humano para sobreponerse a la adversidad. "Desplazamiento" no es solo una obra de arte, es un testimonio de nuestro tiempo, una invitación a la empatía y a la comprensión de la compleja realidad migratoria.
La posibilidad de desmontar y trasladar el mural no es un mero capricho técnico, sino una decisión consciente que busca democratizar el acceso al arte y ampliar su alcance. La obra, al liberarse de las limitaciones físicas del muro, se convierte en un agente de cambio, un catalizador de conversaciones y una herramienta para la reflexión colectiva.
En un mundo cada vez más interconectado, donde las fronteras se desdibujan y las realidades se entrecruzan, la propuesta de Castro Leñero cobra especial relevancia. "Desplazamiento" nos recuerda que el arte, en sus múltiples expresiones, tiene el poder de trascender las barreras físicas y culturales, generando puentes de entendimiento y promoviendo un diálogo constructivo en torno a los desafíos que enfrentamos como sociedad. Visitar esta obra es una experiencia que invita a la introspección, a cuestionar nuestras propias percepciones y a conectar con la humanidad compartida que nos une.
Fuente: El Heraldo de México