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7 de abril de 2025 a las 14:06

Calma: La UE minimiza riesgos

La incertidumbre se apodera de los mercados globales. Las recientes declaraciones del Secretario del Tesoro, Scott Bessent, intentando minimizar el impacto de las políticas arancelarias del Presidente Trump, no han logrado calmar la tormenta. Si bien Bessent destacó la robustez de la infraestructura del mercado, capaz de soportar un volumen récord de transacciones el viernes, la realidad es que los mercados asiáticos se desplomaron, con el Nikkei japonés liderando las pérdidas con una caída superior al 8%. Este nerviosismo se contagia a nivel global, recordando los peores momentos del inicio de la pandemia en 2020, cuando el Dow Jones registró pérdidas consecutivas similares.

La justificación del gobierno, argumentando que más de 50 países buscan negociar la reducción de aranceles, se percibe como un intento desesperado por controlar la narrativa. La promesa de negociaciones, que podrían extenderse por meses, no ofrece garantías a corto plazo y deja a los inversores a merced de la volatilidad. La sombra de una guerra comercial global, desatada por las agresivas políticas proteccionistas de la administración Trump, se cierne sobre la economía mundial.

El escepticismo es palpable. Mientras Bessent afirma que analizarán la credibilidad de las propuestas de estos países, la frase "después de 20, 30, 40 o 50 años de mal comportamiento, no se puede empezar de cero" deja entrever la rigidez de la postura estadounidense y la dificultad para alcanzar acuerdos satisfactorios para todas las partes.

La respuesta inmediata de China, imponiendo aranceles similares a los productos estadounidenses, confirma la escalada de tensiones. La reunión de líderes europeos para coordinar su respuesta añade un nuevo frente a esta batalla comercial, cuyas consecuencias son impredecibles. La advertencia del Secretario de Comercio, Howard Lutnick, de que los nuevos aranceles que entrarán en vigor el 9 de abril no serán negociables, echa más leña al fuego y dificulta aún más la búsqueda de una solución diplomática.

En este contexto de incertidumbre y volatilidad, los inversores buscan refugio en activos seguros, mientras que las empresas se enfrentan a la perspectiva de un futuro incierto. La amenaza de una recesión global se hace cada vez más real, y la confianza en la capacidad de los gobiernos para gestionar la crisis se encuentra en mínimos históricos.

Más allá del ámbito económico, la naturaleza también golpea con fuerza. Las violentas tormentas que azotan el centroeste de Estados Unidos, dejando un trágico saldo de 17 fallecidos y miles de hogares sin electricidad, nos recuerdan la fragilidad de nuestra existencia y la importancia de la solidaridad en tiempos de crisis. El Servicio Meteorológico Nacional advierte sobre riesgos "severos" de inundaciones, lo que agrava aún más la situación y exige una respuesta rápida y eficaz por parte de las autoridades. Mientras los mercados se tambalean y la naturaleza desata su furia, la necesidad de liderazgo y cooperación internacional se hace más evidente que nunca.

Fuente: El Heraldo de México