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7 de abril de 2025 a las 23:25
Adiós a Miguel, el fotógrafo de AXE
La tragedia que enlutó al Festival AXE Ceremonia este fin de semana sigue resonando en los corazones de familiares, amigos y colegas. El eco del derrumbe de la estructura metálica que arrebató la vida de los jóvenes fotógrafos Miguel Hernández y Berenice Giles, aún retumba en el silencio de la despedida. Dos vidas llenas de promesa, truncadas en un instante por lo que parece ser una negligencia imperdonable. El dolor se mezcla con la indignación y la exigencia de justicia, un clamor que se alza desde lo más profundo del duelo.
Imaginen la escena: un padre, con el corazón destrozado, recibe el cuerpo de su hijo a altas horas de la noche. Un hijo que no volverá a casa, que no culminará sus estudios, que no alcanzará a realizar sus sueños. Miguel Hernández, a tan solo cuatro semanas de terminar su carrera de Comunicación en la FES Aragón, estaba a punto de iniciar su servicio social, el último paso para obtener su título. Un futuro brillante que se apagó bajo el peso del metal. Su padre, con voz entrecortada por el dolor, lo describe como un joven trabajador, positivo, dedicado a sus estudios y sin vicios. No estaba allí para divertirse, estaba allí para trabajar, para construir su futuro a través del lente de su cámara. Un futuro que le fue arrebatado. La fotografía, su pasión, el arte que le permitía capturar la vida, irónicamente se convirtió en el testigo silencioso de su muerte. Ese detalle, esa meticulosidad que su padre recuerda con orgullo, quedará plasmada en el recuerdo de quienes lo conocieron.
Mientras tanto, al sur de la capital, la familia de Berenice Giles se despide de su hija. Una joven llena de vida, cuyo cuerpo será trasladado a Aguascalientes, su tierra natal, donde su padre, Raúl Giles, la espera para el último adiós. Testigos del accidente relatan la inmediatez de la tragedia, la rapidez con la que la vida de Berenice se apagó tras el impacto. La imagen de la carroza fúnebre recogiendo su cuerpo en el Instituto de Ciencias Forenses es un recordatorio brutal de la fragilidad de la existencia.
Dos familias unidas por el dolor, dos jóvenes con sueños rotos, dos vidas apagadas demasiado pronto. En redes sociales, la indignación crece. Periodistas, comunicólogos y ciudadanos se unen a la exigencia de justicia. #JusticiaParaMiguelYBerenice se convierte en un grito unánime, en un llamado a las autoridades para que este caso no quede impune. La negligencia, la falta de previsión, la ausencia de medidas de seguridad, no pueden quedar sin respuesta. Es necesario que se investigue a fondo, que se determinen las responsabilidades y que se tomen medidas para que tragedias como esta no se repitan. La memoria de Miguel y Berenice exige justicia. Sus familias merecen respuestas. La sociedad necesita garantías de que la cultura y el entretenimiento no se conviertan en escenarios de muerte. El silencio de los que partieron debe ser el motor para que las voces de los que quedan se alcen con más fuerza, exigiendo un futuro donde la vida sea el valor supremo. Un futuro donde la pasión por la fotografía, por la música, por la vida misma, no se vea truncada por la negligencia y la irresponsabilidad.
Fuente: El Heraldo de México