Una sombra de tragedia se cierne sobre el vibrante escenario del Festival Axe Ceremonia. Lo que prometía ser una noche de música y celebración se transformó en un escenario de dolor y consternación con la confirmación del fallecimiento de dos jóvenes, aplastados por la caída de una estructura metálica. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil confirmó la noticia, añadiendo que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México llevará a cabo una investigación exhaustiva para deslindar responsabilidades. El peso de la estructura, la velocidad de la caída, las medidas de seguridad en el lugar, todo será escrupulosamente analizado para comprender cómo esta fiesta se convirtió en tragedia.

La noticia golpeó con fuerza a la comunidad artística y musical. La identificación de las víctimas como Berenice Giles y Miguel Hernández, ambos fotógrafos, según lo confirmado por la revista Mr. Indie para la cual trabajaban, ha generado una ola de conmoción y tristeza. Cubrían el evento, capturando la energía y la pasión de la música, cuando la fatalidad los alcanzó. Sus lentes, enfocados en inmortalizar momentos de alegría, fueron testigos mudos de su propia tragedia.

Las redes sociales, habitualmente un hervidero de entusiasmo y comentarios sobre el festival, se han convertido en un espacio de condolencias y homenajes. Las fotografías y mensajes compartidos por Berenice y Miguel antes del accidente ahora se ven bajo una luz diferente, con la melancolía de lo que pudo haber sido. En particular, la descripción del perfil de Instagram de Miguel, "hoy soy todo, mañana ya no existo", resuena con una intensidad desgarradora, una premonición involuntaria que eriza la piel. Usuarios han expresado su consternación ante la cruel ironía de estas palabras, convirtiendo la frase en un símbolo de la fragilidad de la vida. "Me da tristeza leer su descripción y saber que ahora es real", comenta un usuario, resumiendo el sentir colectivo.

La tragedia ha puesto en relieve no solo la efimeralidad de la vida, sino también la pasión y dedicación de estos jóvenes artistas. Las imágenes que Miguel compartía en su perfil, retratando la efervescencia de festivales, la intimidad de conciertos indie y sus encuentros con figuras como Macario Martínez, son un testimonio de su amor por la música y la fotografía. Su trabajo, ahora interrumpido abruptamente, permanece como un legado de su talento y su pasión.

Mientras las autoridades investigan las causas del accidente, preliminarmente se ha mencionado la posible influencia de fuertes vientos. Sin embargo, la confirmación oficial aún está pendiente. La comunidad artística y musical, conmocionada por la pérdida de dos de sus miembros, espera respuestas y exige que se tomen las medidas necesarias para evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir. La música, que debía ser la protagonista de la noche, ahora comparte el escenario con el dolor y la incertidumbre, dejando una profunda huella en la memoria de todos los presentes y de quienes, a través de las redes sociales, se han unido al duelo por Berenice y Miguel. Que su pasión por la música y la fotografía brille en nuestro recuerdo.