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5 de abril de 2025 a las 05:20

Uniforme menstrual en prisión: ¿dignidad o control?

Imaginen por un momento la angustia de tener que enfrentar la menstruación sin acceso a productos básicos de higiene. Ahora, multipliquen esa angustia por la frialdad de los muros de una prisión. Esa es la realidad que viven miles de mujeres en México, una realidad invisible para muchos, pero que vulnera su dignidad y sus derechos humanos más básicos. Cuatro de cada diez mujeres en México sufren pobreza menstrual, una cifra alarmante que se agrava tras las rejas. Mientras en el exterior, la conversación sobre la menstruación se abre paso, dentro de los centros penitenciarios, el silencio y la precariedad son la norma.

La falta de acceso a toallas sanitarias, tampones o copas menstruales obliga a las mujeres a recurrir a soluciones desesperadas e insalubres: calcetines viejos, retazos de cartón, incluso el relleno de colchonetas. Estos métodos improvisados no solo son ineficaces, sino que representan un grave riesgo para la salud, aumentando la posibilidad de infecciones y poniendo en peligro su bienestar físico y emocional.

El sistema penitenciario, concebido desde una perspectiva masculina, ignora sistemáticamente las necesidades específicas de las mujeres. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha documentado la falta de infraestructura y recursos adecuados para garantizar condiciones dignas durante la menstruación. Esta situación no es un simple descuido, es una violación de los derechos humanos de las mujeres privadas de su libertad. Menstruar no es un lujo, es una función biológica natural y, por lo tanto, un derecho.

Ante esta injusticia, la asociación Mujeres Unidas por la Libertad, con el apoyo de LUNAM, ha alzado la voz y propuesto una solución innovadora: la incorporación de ropa interior menstrual reutilizable al uniforme oficial de las mujeres privadas de su libertad. Esta iniciativa, presentada el pasado 8 de marzo bajo la campaña #UnPeriodoEnPrisión, busca no solo brindar una gestión menstrual digna, sino también visibilizar la problemática y exigir a las autoridades que asuman su responsabilidad.

La ropa interior menstrual reutilizable ofrece múltiples ventajas en el contexto penitenciario. Su durabilidad, que se extiende por varios años, la convierte en una opción económica y sostenible. Además, su diseño discreto y cómodo la hace ideal para el uso diario, permitiendo a las mujeres sentirse seguras y protegidas. Como afirma Hilda Téllez, defensora de los Derechos Humanos y experta en el sistema penitenciario, "Es importante que una prenda menstrual sea parte del kit de ingreso".

El aumento del 33.43% en la población penitenciaria femenina entre 2020 y 2025, subraya la urgencia de implementar soluciones efectivas. La campaña #UnPeriodoEnPrisión, amplificada en redes sociales y medios de comunicación, busca generar conciencia y movilizar a la sociedad para que exija el respeto de los derechos de las mujeres en prisión.

"Sabemos que el camino es largo, pero nosotras ya comenzamos", declara Beatriz Maldonado Cruz, fundadora de Mujeres Unidas por la Libertad. La donación de LUNAM al Centro Femenil de Reinserción Social Tepepan es un primer paso, una semilla de esperanza que demuestra que el cambio es posible. La privación de la libertad no debe implicar la pérdida de la dignidad. Las mujeres en contexto de prisión merecen ser tratadas con respeto y tener garantizados sus derechos fundamentales, incluyendo el derecho a una gestión menstrual digna. Su voz, aunque a menudo silenciada, debe ser escuchada. Su lucha es nuestra lucha.

Fuente: El Heraldo de México