
5 de abril de 2025 a las 15:50
Nieta de Carlota regresa a casa, ¿y ahora qué?
La noticia del ingreso de Carlota N. al Centro Penitenciario de Chalco ha conmocionado a la sociedad mexicana, desatando un torbellino de opiniones encontradas. A sus 74 años, esta mujer, apodada en redes sociales como “la abuela sicaria” o “la abuela vengadora”, enfrenta una acusación por homicidio calificado tras la muerte de dos hombres el pasado 1 de abril. La complejidad del caso radica en el contexto que rodea los hechos: una presunta invasión de propiedad, una denuncia previa y una actuación que, si bien condenada por muchos, también ha despertado cierta empatía entre quienes ven en Carlota a una víctima que decidió tomar la justicia por su propia mano.
La versión de la familia apunta a que Carlota, su hija Mariana "N" y Eduardo (cuya relación con las mujeres no se ha especificado completamente) actuaron en defensa de su hogar, ubicado en la Colonia Hacienda de Guadalupe, municipio de Chalco. Según su testimonio, tres individuos habrían irrumpido en la propiedad, sacando los objetos sin autorización. Esta versión, sustentada por la denuncia interpuesta por Mariana "N" ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGEM) el 27 de marzo, añade una capa de incertidumbre a la narrativa. Si bien la FGEM investigó la denuncia y aparentemente confirmó la invasión, la posterior decisión de la Fiscalía de conceder la posesión del inmueble a la denunciante fue rechazada por su abogado, un detalle que abre interrogantes sobre las estrategias legales que se barajaban en ese momento. ¿Por qué rechazar la restitución de la propiedad si se había confirmado la invasión? ¿Existían acaso otras motivaciones detrás de las acciones de Carlota y sus acompañantes?
El hecho de que la Fiscalía haya actuado con relativa celeridad en la investigación de la denuncia por despojo contrasta con la violencia que se desencadenó días después. ¿Qué sucedió en el intervalo entre la denuncia y el fatídico 1 de abril? ¿Fallaron los mecanismos de protección a la propiedad? ¿Se sintieron acaso desamparados por las autoridades, lo que llevó a Carlota a tomar una decisión tan drástica? Estas son preguntas que la investigación deberá responder para esclarecer las circunstancias que rodearon el doble homicidio.
La figura de Carlota, una adulta mayor envuelta en un caso de esta magnitud, genera un debate moral complejo. Si bien nada justifica la violencia, muchos se preguntan qué lleva a una persona de su edad a cometer un acto de tal naturaleza. El sentimiento de vulnerabilidad, la desesperación ante la pérdida del hogar y la posible falta de confianza en las instituciones podrían ser algunos de los factores que contribuyeron a esta tragedia.
La edad de Carlota previsiblemente jugará un papel crucial en el proceso judicial. Se especula que su defensa solicitará la prisión domiciliaria, una medida que, de ser concedida, abriría un nuevo debate sobre la proporcionalidad de la justicia y la necesidad de proteger a los adultos mayores, incluso cuando se enfrentan a acusaciones graves.
Por otro lado, la situación legal de Mariana "N" y Eduardo permanece en la incertidumbre. ¿Serán considerados cómplices? ¿Enfrentarán cargos similares a los de Carlota? La respuesta a estas preguntas dependerá de la investigación y de las pruebas que se presenten en el juicio. El caso de Carlota N. trasciende el simple relato de un crimen. Es un reflejo de las problemáticas sociales que aquejan a México, como la inseguridad, la falta de acceso a la justicia y la vulnerabilidad de ciertos sectores de la población. El desenlace de este caso marcará un precedente importante y sin duda seguirá generando debate en la opinión pública.
Fuente: El Heraldo de México