La sombra de la violencia contra las mujeres vuelve a cernirse sobre la Ciudad de México. El feminicidio de Ivón Maricela López Rosendo, de tan solo 31 años, ha conmocionado a la sociedad y reabierto la herida de una problemática que parece no tener fin. El eco de su ausencia resuena con fuerza en Coyoacán, especialmente en la colonia Pedregal de Santo Domingo, donde se encuentra la propiedad que se convirtió en el escenario de esta tragedia a finales de marzo.

Un escalofriante video, filtrado recientemente, muestra los últimos momentos de Ivón con vida en un espacio público. Las imágenes, captadas por cámaras de seguridad el 29 de abril, la muestran ingresando a la vivienda con un vestido azul, acompañada de dos mujeres y un hombre. Este material videográfico se convierte en una pieza clave para la Fiscalía de la Ciudad de México, que trabaja incansablemente para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia.

Horas después de la llegada de Ivón a la propiedad, alrededor de las 3 de la madrugada, un hombre con vestimenta gris abandonó el lugar y se subió a un automóvil negro que se dirigió hacia la Carretera México-Cuernavaca. Este detalle, aparentemente insignificante, podría ser crucial para reconstruir la cronología de los acontecimientos y desentrañar la red de complicidades que rodean este terrible crimen.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha confirmado la detención de dos mujeres el pasado 1 de abril, en relación con la desaparición de Ivón. Trasladadas a un Ministerio Público, su situación jurídica se encuentra actualmente en proceso de definición. Un cateo realizado en la propiedad de Pedregal ha permitido recolectar indicios relevantes que podrían arrojar luz sobre la participación de estas mujeres en el feminicidio.

Mientras las investigaciones avanzan, la familia de Ivón se enfrenta al desgarrador dolor de la pérdida. El último adiós a Ivón Maricela se llevó a cabo en su propio hogar, el lugar donde compartía su vida con su hijo de 7 años y su perrito. Una ceremonia fúnebre cargada de tristeza e indignación, donde familiares y amigos se unieron para despedir a una mujer cuya vida fue arrebatada de forma brutal.

La madre de Ivón, con el corazón destrozado, compartió con los medios de comunicación el último mensaje que recibió de su hija antes de ser asesinada. Un testimonio conmovedor que pone de manifiesto la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia y la urgente necesidad de implementar medidas efectivas para protegerlas. El caso de Ivón Maricela no puede quedar impune. Es un llamado a la sociedad, a las autoridades y a cada uno de nosotros a unir fuerzas para erradicar la violencia de género y construir un futuro donde las mujeres puedan vivir libres y seguras. ¿Qué medidas concretas se implementarán para prevenir futuros feminicidios? ¿Cómo se garantizará la justicia para Ivón y su familia? Estas son las preguntas que exigen respuestas urgentes. El tiempo de la indignación debe traducirse en acciones concretas. No podemos permitir que la historia de Ivón Maricela se repita.