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5 de abril de 2025 a las 21:30

Capo de Santa Fe envía policías al hospital

La tensión se palpa aún en el aire de la Ciudad de México. La tarde del 29 de marzo quedará marcada por la audaz fuga de José Olivas Chaidez, alias "El Ingeniero" o "El Blanco", un presunto miembro del Cártel de Sinaloa, quien burló a la mismísima Interpol en un operativo desplegado en el lujoso Hotel The Westin Santa Fe. Imaginen la escena: la tranquila fachada del hotel, repentinamente irrumpida por el movimiento de los agentes internacionales, la adrenalina del momento, la esperanza de una captura… todo desvanecido en una ráfaga de violencia.

El eco de los disparos aún resuena en la memoria de los testigos. "El Blanco", lejos de entregarse, respondió con una ferocidad que dejó a varios agentes heridos y hospitalizados, un testimonio brutal de la capacidad operativa que aún conserva este personaje ligado a las figuras legendarias del narcotráfico mexicano: Joaquín "El Chapo" Guzmán e Ismael "El Mayo" Zambada, ambos tras las rejas en Estados Unidos.

La fuga, digna de una película de acción, deja un reguero de preguntas. ¿Cómo pudo "El Ingeniero" anticipar los movimientos de la Interpol? ¿Contó con información privilegiada? La precisión con la que sus escoltas desarmaron a los agentes sugiere una planificación meticulosa, una red de apoyo sólida y una capacidad de reacción sorprendente. Se habla de la posible complicidad de personal del hotel, una hipótesis que las autoridades seguramente estarán investigando a fondo.

La figura de José Olivas Chaidez no es nueva para las autoridades internacionales. Su nombre figura en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos desde 2016, señalado por su participación en el lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa. "El Blanco" no es un simple operador, sino una pieza clave en la compleja maquinaria financiera de la organización criminal, encargado de blanquear las millonarias ganancias provenientes del narcotráfico.

La conexión con Juan Manuel Álvarez Inzunza, alias "El Rey Midas", capturado en Oaxaca en 2016, añade otra capa de complejidad al caso. Ambos, según las investigaciones, trabajaron codo a codo en el lavado de activos, moviendo ingentes cantidades de dinero a través de una intrincada red financiera que se extiende por México, Centroamérica y Sudamérica. La captura de "El Rey Midas" fue un duro golpe para el cártel, pero la fuga de "El Ingeniero" representa un revés para las autoridades y una muestra de la resiliencia de estas organizaciones criminales.

El escape de José Olivas Chaidez no solo es una derrota para la justicia, sino también una llamada de atención sobre la sofisticación y la capacidad de adaptación del crimen organizado. Este episodio nos obliga a preguntarnos sobre la eficacia de las estrategias de seguridad y la necesidad de reforzar la cooperación internacional para combatir este flagelo que amenaza la estabilidad de la región. La búsqueda de "El Blanco" continúa, y la ciudadanía espera que la justicia, tarde o temprano, alcance a este escurridizo personaje.

Fuente: El Heraldo de México