La partida de Diego Verdaguer dejó un vacío inmenso en el mundo de la música latina. Un año y medio después, el dolor sigue latente, especialmente para quienes compartieron su vida íntimamente. Amanda Miguel, su compañera de vida y de escenario, ha roto el silencio en una conmovedora entrevista con Anette Cuburu, revelando detalles desgarradores sobre los últimos días del cantante. Con la voz entrecortada por la emoción, Amanda confesó haber sido ella, involuntariamente, quien contagió a Diego del virus que finalmente le arrebataría la vida.

Un regreso de viaje, un concierto, un contagio silencioso… Amanda relata cómo, sin saberlo, portaba el virus mientras Diego volvía a casa. “Yo lo contagié”, repite con pesar, recordando la fuerza con la que la enfermedad la golpeó inicialmente. Si bien ella se recuperaba, Diego comenzaba su propia batalla contra el COVID-19. La incertidumbre y la preocupación se apoderaron de la familia. Ana Victoria, su hija, impulsó la decisión de internarlos, una decisión que, paradójicamente, los separaría físicamente en sus últimos momentos juntos.

Amanda describe la angustia de la separación hospitalaria, comunicándose con Diego a través de mensajes de texto, mientras él, con una fortaleza admirable, continuaba trabajando desde su cama. "Diego, descansa por favor", le imploraba ella, impotente ante la incansable energía de su esposo. La salud de Diego fluctuaba, con momentos de aparente mejoría seguidos de recaídas alarmantes. La esperanza, sin embargo, se aferraba a sus corazones, negándose a aceptar la posibilidad de un desenlace fatal. "Estaba en la mejor época de su vida, estaba guapísimo", recuerda Amanda con nostalgia, remarcando la cruel ironía del destino.

A pesar del tiempo transcurrido, la herida sigue abierta. Amanda, con valentía y honestidad, expresa sus dudas sobre la atención médica recibida por Diego. La escasez de personal médico durante las festividades decembrinas, según su testimonio, pudo haber influido en el trágico desenlace. "Yo creo que Diego no estuvo bien atendido", afirma con la convicción de quien ha revivido una y otra vez aquellos momentos de impotencia.

Más allá del dolor y la incertidumbre, el recuerdo de Diego Verdaguer permanece vivo en el corazón de Amanda Miguel, de su hija Ana Victoria y de millones de fans que siguen coreando sus canciones. Su legado musical, inmortalizado en temas como "Volveré", "Pídeme" y "La Ladrona", seguirá resonando en los escenarios y en la memoria colectiva, como un testimonio de su talento y pasión por la música. La historia de amor con Amanda, aunque marcada por la tragedia, se convierte en un símbolo de la fuerza del amor y la perseverancia ante la adversidad.