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4 de abril de 2025 a las 18:10

Refresca tu hogar con la belleza del Jacarandá

La exuberante biodiversidad de México se manifiesta en una impresionante variedad de flora, con más de 23,000 especies adornando sus paisajes, desde los áridos desiertos del norte hasta las húmedas selvas del sur. Entre esta riqueza botánica, destacan árboles de singular belleza, como el maculís ( Tabebuia rosea ), una especie que engalana las calles con una explosión de color durante la temporada de calor. Su distintivo florecimiento rosado, que recuerda a los famosos cerezos japoneses, sakura, transforma el paisaje urbano en un espectáculo natural digno de admirar.

Originario de los bosques tropicales de la región intertropical americana, el maculís extiende su presencia a lo largo de México, Centroamérica y Sudamérica tropical. Incluso, su belleza ha trascendido fronteras, encontrándose ejemplares cultivados en las Islas Canarias, España. En México, este árbol adorna diversos estados, incluyendo los tres que conforman la Península de Yucatán y Tabasco, donde su florecimiento es especialmente notable, tiñendo de rosa y lila las calles y avenidas.

El maculís, con su imponente porte que puede alcanzar los 15 metros de altura, se caracteriza por un tronco grueso, recto y fisurado, reminiscente también de los cerezos japoneses. Sus flores, agrupadas en copas piramidales, son sin duda su rasgo más distintivo. Aunque el rosa es el color más común, existen variedades que florecen en tonos lila, añadiendo aún más diversidad a su belleza. Un detalle curioso es la presencia de frutos en forma de cápsulas alargadas, que pueden medir entre 30 y 40 centímetros de largo.

Más allá de su valor ornamental, el maculís posee cualidades que lo hacen una especie versátil y apreciada. Su madera, de excelente calidad, se utiliza en la fabricación de muebles, al igual que otras especies maderables como el abeto, el nogal y el roble. Además, su frondosa copa proporciona una generosa sombra, un alivio invaluable durante los días calurosos, refrescando hogares y espacios públicos.

A pesar de su adaptabilidad a diversos tipos de suelo, incluyendo arcillosos, calcáreos y cenagosos, el maculís requiere ciertos cuidados para asegurar su óptimo desarrollo. Es fundamental sembrarlo en espacios amplios que permitan su crecimiento y un riego abundante, especialmente durante la temporada de calor, cuando su florecimiento alcanza su máximo esplendor.

El maculís se erige como un símbolo de la riqueza natural de México, un recordatorio de la importancia de preservar la biodiversidad y apreciar la belleza que nos rodea. Su presencia en calles y jardines no solo embellece el entorno, sino que también contribuye al bienestar, ofreciendo sombra y frescura en medio del calor. La próxima vez que observe un maculís en flor, deténgase un momento a contemplar su belleza y a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestro patrimonio natural. Su florecimiento efímero es un regalo de la naturaleza que debemos apreciar y proteger.

Fuente: El Heraldo de México