La escena musical mexicana está en constante evolución, y figuras como Fidel Castro, líder de Marca Registrada, se alzan como ejemplos de éxito y perseverancia. Su reciente presentación en el Palenque de Texcoco, con un lleno total, no solo confirma su popularidad, sino que también subraya la conexión profunda que ha logrado forjar con su público. Más allá del escenario, Fidel se proyecta como un artista integral, con una visión que trasciende la interpretación. En una entrevista exclusiva para El Heraldo de México, nos permitió adentrarnos en sus planes a futuro, revelando una ambición que va más allá de los reflectores.

Su incursión en el mundo empresarial, con la creación de su propia disquera, es una muestra de su espíritu emprendedor. “Me veo como presidente de mi disquera, haciendo las cosas bien”, afirma con convicción, dejando entrever su deseo de impulsar nuevos talentos y contribuir al crecimiento de la industria musical. Este paso no significa un alejamiento de la música, sino una transformación de su rol, pasando de intérprete a productor, manteniéndose así conectado con su pasión.

La posibilidad de un reality show o un documental no está descartada. Fidel reconoce el atractivo de estos formatos para conectar con la audiencia de una manera más personal. Sin embargo, este proyecto se vislumbra en un futuro donde la prioridad sea la tranquilidad y la posibilidad de compartir su experiencia sin la presión del éxito inmediato. “No siempre quiero estar talacheando en el top o estresado”, confiesa, priorizando su bienestar emocional.

Con doce años de trayectoria, Fidel se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones de músicos. Su experiencia le ha permitido presenciar el ascenso de grandes estrellas, y ahora, busca retribuir a la industria compartiendo su conocimiento y apoyando a jóvenes talentos. Su compromiso va más allá del ámbito musical, extendiéndose a la problemática social de la depresión. “Mostrándole a los morros una vida de ejemplo”, declara, consciente de la importancia de ser un modelo a seguir en un mundo lleno de desafíos.

Para aquellos que aspiran a seguir sus pasos, Fidel ofrece un consejo invaluable: “Que se fijen bien lo que quieren ser en la vida… lo que dicen, lo que hacen, cómo actúan, con quién actúan y con quién se juntan”. Palabras que reflejan la importancia de la autenticidad y la coherencia en el camino hacia el éxito.

Más allá de su faceta pública, Fidel nos reveló algunos detalles de su vida personal. Su admiración por Roberto Carlos, su gusto culposo por “Aserejé” de Las Ketchup, y su prioridad diaria al despertar: el trabajo y lo que está “pegando” en el momento. Con humor, confiesa que si supiera que es su último día de vida, se dedicaría a disfrutar de su postre favorito: el pastel.

En cuanto a las relaciones personales, prefiere la informalidad de un "casi algo" a un compromiso formal. Y en la intimidad, se define con una franqueza poco común, revelando sus preferencias sin tapujos.

Fidel Castro, más que un cantante, es un artista en constante evolución, un emprendedor con visión de futuro y un ser humano que, a pesar de la fama, mantiene los pies en la tierra. Su historia es un testimonio de perseverancia, pasión y un profundo amor por la música.