
4 de abril de 2025 a las 05:00
Militar herido en ataque con dron en Culiacán
La creciente sofisticación de los grupos criminales en Sinaloa ha vuelto a quedar en evidencia con un nuevo ataque perpetrado con un dron cargado de explosivos contra elementos del Ejército Mexicano. Este incidente, ocurrido en la comunidad de Limita de Itaje, al nororiente de Culiacán, no solo deja a un soldado con la pérdida de una extremidad y a otro con heridas, sino que también reaviva la profunda preocupación sobre la escalada de violencia y el uso de tecnología para fines delictivos en la región.
El escenario del ataque, una vivienda sospechosa donde se encontraron explosivos artesanales, una camioneta Hummer con camuflaje militar y ponchallantas, nos pinta un cuadro de la compleja situación que enfrentan las fuerzas de seguridad. La presencia de estos elementos sugiere una operación criminal organizada y planeada, con capacidad no solo para fabricar artefactos explosivos, sino también para modificar vehículos y utilizar drones para fines ofensivos.
La utilización de drones en este tipo de ataques no es un hecho aislado. Recordemos el incidente de diciembre de 2024, también en Limita de Itaje, donde una camioneta explotó a causa de un dron modificado. Este antecedente, junto al ataque actual, dibuja un patrón preocupante que exige una respuesta contundente por parte de las autoridades. No se trata solo de un incremento en la violencia, sino de una evolución en las tácticas empleadas por el crimen organizado, que ahora incorpora tecnología para llevar a cabo sus operaciones con mayor precisión y a distancia.
La cercanía del lugar del ataque con un jardín de niños y una cancha de fútbol añade un elemento de gravedad a la situación. La posibilidad de que niños inocentes se vieran afectados por este tipo de violencia es aterradora y subraya la necesidad de reforzar la seguridad en estas zonas vulnerables. La fortuna, en esta ocasión, evitó una tragedia mayor, pero nos recuerda la fragilidad de la paz y la constante amenaza que se cierne sobre la población civil.
La respuesta de las autoridades, con un despliegue conjunto del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública estatal, es un primer paso importante. El aseguramiento del inmueble, los filtros de revisión y los patrullajes intensificados son medidas necesarias para contener la situación y buscar a los responsables. Sin embargo, es fundamental que estas acciones se complementen con una estrategia integral que aborde las causas de fondo de la violencia y que fortalezca las capacidades de las fuerzas de seguridad para combatir este tipo de amenazas.
Es imperativo que la Secretaría de la Defensa Nacional emita un comunicado oficial que informe a la población sobre los detalles del incidente y las medidas que se están tomando para garantizar la seguridad. La transparencia y la comunicación oportuna son esenciales para generar confianza y evitar la propagación de rumores e información falsa.
Este ataque con drones no solo representa un desafío para las autoridades, sino que también nos interpela como sociedad. Debemos exigir a nuestros gobernantes que implementen políticas públicas efectivas para combatir la delincuencia y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. Asimismo, es fundamental fomentar la cultura de la denuncia y la cooperación ciudadana para construir un frente común contra la violencia y la impunidad. Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos recuperar la paz y la tranquilidad en nuestras comunidades.
Fuente: El Heraldo de México