
4 de abril de 2025 a las 07:35
Mexicanas reman por el Atlántico
La hazaña que se proponen Eugenia, Lucila, Andrea y Ana Lucía, las cuatro jóvenes bajacalifornianas que conforman el proyecto Oceánida, resuena con la perseverancia del mismísimo Kubrick. Cruzar el Atlántico a remo, un desafío que evoca la inmensidad y la fuerza indomable del océano, no es tarea fácil. Imaginen, más de 4.800 kilómetros de mar abierto, desde las Islas Canarias hasta Antigua, en el Caribe, un escenario que pondrá a prueba no solo su resistencia física, sino también su fortaleza mental. Recordemos que solo un mexicano, Abraham Levy, ha logrado esta proeza, lo que dimensiona aún más la magnitud del reto que estas jóvenes están dispuestas a asumir. Su inspiración, como nos cuenta Lucila, surgió de la historia de otras mujeres que remaron a través del Pacífico, una semilla que germinó en la mente de Eugenia y que hoy se ha convertido en un proyecto que busca hacer historia.
La preparación para un desafío de esta envergadura es integral. No se trata solo de remar, sino de entrenar la mente y el cuerpo para resistir las inclemencias del océano. Un entrenador especializado en travesías de este tipo las guía en un riguroso programa físico, mientras que una terapeuta grupal las prepara emocionalmente, enseñándoles técnicas de comunicación asertiva, meditación y respiración, herramientas esenciales para mantener la cohesión y el ánimo en alta mar. Su alimentación, cuidadosamente diseñada por una nutrióloga, es otro pilar fundamental para asegurar que sus cuerpos tengan la energía necesaria para afrontar la travesía. Las expediciones de prueba, en las que experimentan las condiciones reales que enfrentarán en el Atlántico, son la piedra angular de su preparación, permitiéndoles familiarizarse con el bote y el mar, y poniendo a prueba su capacidad de adaptación.
El 12 de diciembre, si todo marcha según lo previsto, estas cuatro intrépidas mujeres se lanzarán a la aventura. Entre 45 y 55 días en alta mar, lejos de tierra firme, enfrentándose a la inmensidad del océano, una experiencia que las transformará para siempre. Más allá del desafío físico, Oceánida es un proyecto con un propósito profundo: inspirar a otras mujeres a perseguir sus sueños, por más imposibles que parezcan, y promover la conservación de los océanos, un llamado a la convivencia respetuosa con el mundo natural. Su compromiso es tan firme que han elegido cuidadosamente a sus patrocinadores, buscando aquellos que compartan sus valores y su visión, convirtiendo esta travesía en una plataforma para difundir su mensaje.
Pero el camino no está exento de obstáculos. Además de la rigurosa preparación física y mental, las jóvenes se enfrentan a la compleja burocracia, a las regulaciones marítimas y a la gestión administrativa de un proyecto de esta envergadura. La recaudación de fondos a través de plataformas como GoFundMe es crucial para completar su sueño, y nos muestra la determinación y la pasión con la que estas jóvenes se entregan a su causa. Lucila nos habla de la dificultad de lidiar con el mundo de los patrocinios, con las mentalidades "cuadradas" que a veces se encuentran en el camino. Sin embargo, estas dificultades no las detienen, sino que las impulsan a seguir adelante, demostrando que la perseverancia y la convicción son tan importantes como la fuerza física para alcanzar sus objetivos. Oceánida no es solo una aventura, es un testimonio de la fuerza del espíritu humano, de la capacidad de las mujeres para romper barreras y de la importancia de perseguir los sueños con pasión y determinación.
Fuente: El Heraldo de México