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4 de abril de 2025 a las 23:40

Libertad para siempre: No más cadenas

La indignación recorre las redes sociales de Nuevo León tras la difusión del caso de un perro que, según reportes, falleció estrangulado por su propia correa en la colonia Los Canelos, Guadalupe. La imagen del can sin vida, compartida por el locutor y rescatista Alexs Ventura, ha conmocionado a la comunidad, desatando una ola de reclamos por justicia y un llamado a la responsabilidad en el cuidado de las mascotas. La fotografía, cruda y desgarradora, muestra al animal suspendido del cuello por la misma correa que, en un intento por restringir su movimiento, terminó arrebatándole la vida. "Quería ser feliz, vivió amarrado toda su vida", lamenta Ventura en la publicación, palabras que resumen la triste realidad de muchos animales sometidos a la negligencia y al maltrato.

Este trágico desenlace no es un evento aislado. Registros previos del activista muestran al mismo perro en condiciones deplorables, atado y con acceso limitado a alimento. Ventura, en su momento, intentó rescatar al can, solicitando apoyo a sus seguidores para brindarle un hogar seguro. Lamentablemente, los esfuerzos fueron en vano y el perro permaneció más de un mes en las mismas circunstancias, hasta el fatal desenlace. Imágenes tomadas durante ese periodo lo muestran comiendo tortillas con croquetas directamente del suelo, una imagen que habla por sí sola de la precariedad en la que vivía. La hipótesis que cobra fuerza, a partir de la posición del cuerpo junto a un vehículo en la escena final, sugiere que el animal pudo haber intentado subirse, como solía hacerlo según testimonios fotográficos, y en la caída, la correa se enredó, provocándole la asfixia.

La muerte de este perro reabre el debate sobre el maltrato animal y la necesidad de una aplicación más rigurosa de las leyes. El Código Penal de Nuevo León, en su Artículo 445, contempla sanciones de seis meses a tres años de prisión y multas que, para el 2025, oscilan entre los 28 mil 285 y los 33 mil 942 pesos para quienes, por acción u omisión, causen la muerte de un animal. Sin embargo, la impunidad en muchos casos alimenta la indignación y fomenta la repetición de estas situaciones. Más allá de las sanciones, es crucial promover una cultura de respeto y responsabilidad hacia los animales, entendiendo que su bienestar es un reflejo de nuestra propia humanidad. Tener una mascota implica un compromiso que va más allá de proporcionar alimento y agua; requiere atención, cuidados, y sobre todo, amor. Dejar a un animal atado, sin supervisión, expuesto a las inclemencias del tiempo, es una forma de maltrato que, como en este caso, puede tener consecuencias fatales.

La historia de este perro, silenciado para siempre por la indiferencia, debe servir como un llamado a la conciencia. No podemos seguir siendo testigos pasivos del sufrimiento animal. La denuncia, la intervención oportuna y la educación son las herramientas que tenemos para romper el ciclo del maltrato y construir una sociedad donde la frase “el perro es el mejor amigo del hombre” sea una realidad para todos los canes, y no solo un dicho popular. El caso de Los Canelos no debe quedar impune. Exigir justicia por este perro es exigir justicia por todos los animales que sufren en silencio. Es un llamado a la reflexión, a la acción, y a la construcción de un futuro donde el respeto a la vida, en todas sus formas, sea la norma.

Fuente: El Heraldo de México