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4 de abril de 2025 a las 18:10

¿Globalización enferma?

La inesperada exención de México de los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos ha generado un respiro a nivel nacional, consolidando la importancia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum en la arena internacional. En un contexto global donde el proteccionismo gana terreno, la defensa del T-MEC se convierte en un baluarte para la estabilidad económica de México, protegiendo los millones de empleos que dependen del intercambio comercial con nuestros vecinos del norte. Este logro diplomático no solo asegura la continuidad de las relaciones comerciales, sino que también abre la puerta a futuras negociaciones para la eliminación de los aranceles restantes en sectores clave como el automotriz, el acero y el aluminio.

La decisión de Estados Unidos de imponer aranceles generalizados, afectando incluso a aliados estratégicos como la Unión Europea, Japón y Corea del Sur, dibuja un panorama de incertidumbre en el comercio global. La agresiva política comercial de la administración Trump, que busca "liberar" al país de supuestos abusos comerciales, contrasta con la postura de México, que apuesta por el diálogo y la cooperación para fortalecer la integración económica regional. Mientras otras naciones responden con represalias, alimentando el riesgo de una guerra comercial a gran escala, México se posiciona como un actor responsable que busca soluciones a través de la negociación y la diplomacia.

El éxito de la estrategia mexicana no se limita a la exención arancelaria. Representa una victoria para la visión de un comercio internacional más justo y equitativo, que prioriza el bienestar social y el desarrollo inclusivo. A diferencia de las políticas neoliberales impuestas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que a menudo han perjudicado a las economías emergentes, México está construyendo un modelo de desarrollo que integra la apertura económica con la protección de los sectores vulnerables. La apuesta por la negociación y la cooperación, en lugar de la confrontación, demuestra la madurez y la visión estratégica del gobierno mexicano en un contexto global cada vez más complejo.

El llamado de Marcelo Ebrard a dar un plazo de 40 días para lograr avances en la eliminación de los aranceles restantes en sectores estratégicos refleja la determinación del gobierno mexicano por defender los intereses nacionales. El argumento de Ebrard, que destaca el déficit de Estados Unidos en la balanza comercial de acero y aluminio con México, refuerza la incongruencia de los aranceles impuestos y la necesidad de una revisión a la luz de la realidad económica. La solicitud de paciencia y confianza al pueblo mexicano se sustenta en los resultados obtenidos hasta el momento y la convicción de que el diálogo constructivo es la vía para alcanzar acuerdos mutuamente beneficiosos.

La preocupación expresada por la Organización Mundial del Comercio (OMC) ante la escalada proteccionista de Estados Unidos subraya la importancia de la postura mexicana. La advertencia de una posible contracción del comercio mundial y el riesgo de una guerra arancelaria global refuerzan la necesidad de apostar por la cooperación y el multilateralismo. En este contexto, México se erige como un ejemplo a seguir, demostrando que es posible defender los intereses nacionales sin recurrir a medidas proteccionistas que perjudican la economía global. La visión de un comercio internacional más justo y equitativo, que prioriza el bienestar social y el desarrollo sostenible, se convierte en una bandera que México enarbola con firmeza en un mundo convulsionado por la incertidumbre. La exención arancelaria no es solo un triunfo económico, sino también una afirmación de los valores y principios que guían la política exterior mexicana en el siglo XXI.

Fuente: El Heraldo de México