
4 de abril de 2025 a las 02:50
Maestros potosinos exigen mejoras.
La tensión se palpa en el aire de San Luis Potosí. Miles de miradas expectantes, llenas de incertidumbre y esperanza, se dirigen hacia el Palacio de Gobierno. El silencio de la madrugada, roto solo por los murmullos de los manifestantes acampados en la Plaza de Armas, contrasta con el bullicio que se avecina con la llegada del nuevo día. Más de 3,000 docentes y administrativos de telesecundarias, distribuidos en 1,250 centros educativos a lo largo y ancho del estado, han decidido alzar la voz. Su mensaje, claro y contundente: la homologación de sus plazas es una necesidad impostergable.
No se trata simplemente de una demanda salarial, sino de una reivindicación de la dignidad profesional. Los maestros y personal administrativo de las telesecundarias potosinas exigen el reconocimiento a su labor, una labor que a menudo se desarrolla en condiciones difíciles, atendiendo a comunidades con escasos recursos y luchando contra la brecha digital. Buscan la equiparación con sus colegas de otros subsistemas educativos, un derecho que consideran justo y necesario para garantizar la calidad de la educación que imparten.
La Sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), representando a estos miles de profesionales, se encuentra enfrascada en una intensa negociación con el gobierno estatal. Las conversaciones, que se desarrollan en un clima de tensión y urgencia, buscan destrabar el conflicto y encontrar una solución que satisfaga a ambas partes. Sin embargo, hasta el momento, las pláticas no han dado los frutos esperados. La SEGE, por su parte, insiste en que la solución definitiva está en manos de la federación, específicamente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), argumentando que la absorción de las plazas y el pago de los pasivos, que superan los mil millones de pesos, son responsabilidad del gobierno federal.
Mientras tanto, la Plaza de Armas se ha convertido en el epicentro de la lucha. Cientos de trabajadores de telesecundarias, hombres y mujeres comprometidos con la educación, mantienen un plantón permanente. Sus tiendas de campaña, símbolo de resistencia y perseverancia, se entremezclan con las de otro grupo de manifestantes: los comerciantes ambulantes del Movimiento Pueblo Libre. Una imagen que refleja la complejidad del panorama social potosino, donde diferentes luchas convergen en un mismo espacio, buscando ser escuchadas y atendidas.
Dentro del Palacio de Gobierno, las reuniones se suceden una tras otra. El Secretario de Educación, Juan Carlos Torres, acompañado por un equipo de asesores de la Secretaría General de Gobierno, se enfrenta a la difícil tarea de negociar con los representantes del SNTE. Cada palabra, cada propuesta, se analiza minuciosamente, buscando un punto de encuentro que permita destrabar el conflicto y devolver la tranquilidad al sector educativo potosino. El tiempo apremia, y la mirada de miles de docentes y alumnos está puesta en el resultado de estas negociaciones. ¿Se logrará un acuerdo que satisfaga las demandas de los trabajadores de telesecundarias? ¿Podrá la federación intervenir y destrabar la situación financiera que impide la homologación de las plazas? El futuro de la educación en San Luis Potosí pende de un hilo, y la incertidumbre sigue latente.
Fuente: El Heraldo de México