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4 de abril de 2025 a las 00:05
Madera ilegal: Decomiso en Iztacalco
La sombra de la ilegalidad se cierne sobre nuestros bosques. Un operativo sin precedentes, llevado a cabo en la colonia La Cruz Coyuya, alcaldía Iztacalco, ha desmantelado un centro de almacenamiento clandestino que albergaba la friolera de 115.6 metros cúbicos de madera ilegal. Imaginen la magnitud de la devastación que representa esa cantidad de madera, arrancada de su hábitat natural, despojando a nuestros ecosistemas de su vitalidad.
Este golpe al corazón del mercado negro de la madera, calificado como el más importante hasta la fecha, es el resultado de un esfuerzo conjunto, una sinergia entre distintas instituciones comprometidas con la protección de nuestro patrimonio natural. Desde la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México hasta la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, pasando por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), 134 efectivos unieron fuerzas para detener este atentado contra nuestros recursos naturales.
No se trata solo de la madera confiscada, ni de la camioneta y la maquinaria de aserrío aseguradas, que ahora permanecen bajo resguardo a la espera de los procedimientos administrativos y penales correspondientes. Este operativo es un símbolo, una declaración de guerra contra la tala ilegal, una práctica que desgarra el tejido de nuestros bosques y pone en peligro el delicado equilibrio de nuestros ecosistemas.
La estrategia implementada va más allá de la vigilancia en zonas forestales. Se extiende, como una red invisible pero implacable, a la inspección de centros de acopio y madererías en las 16 alcaldías de la Ciudad de México, así como en los estados de Morelos y México. El objetivo es claro: desmantelar el complejo entramado del "lavado de madera", ese proceso mediante el cual la madera ilegal se introduce en el mercado a través de comercios aparentemente legales.
Cortar de raíz la demanda y la oferta de madera ilegal es crucial para frenar esta sangría que desangra nuestros bosques. El lavado de madera no solo perpetúa la deforestación, sino que también afecta gravemente a las comunidades rurales que dependen del manejo legal y sustentable de sus bosques. Además, fortalece a las redes delictivas que, como parásitos, se alimentan de la riqueza natural de nuestro país.
La tala ilegal no es un delito menor. Es una amenaza directa al suelo de conservación, ese pulmón verde que representa el 60% del territorio de la Ciudad de México. Este suelo, vital para nuestra supervivencia, nos brinda servicios ambientales esenciales: recarga los acuíferos que nos abastecen de hasta el 70% del agua que consumimos, regula el clima, captura carbono, produce oxígeno y alberga el 12% de las especies registradas en el país.
Proteger nuestros bosques es proteger nuestro futuro. Este operativo es un paso importante en la lucha contra la tala ilegal, pero la batalla no ha terminado. Es un llamado a la conciencia, una invitación a reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones en el medio ambiente. Es una responsabilidad compartida, un compromiso que debemos asumir todos para preservar el legado natural de las futuras generaciones.
Fuente: El Heraldo de México