
3 de abril de 2025 a las 17:45
Impulsa Sheinbaum exportaciones automotrices con T-MEC
La industria automotriz alemana en México se encuentra en una encrucijada. Ante la persistente amenaza de aranceles impuestos por Estados Unidos, la propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum de integrarse al T-MEC se presenta como un faro de esperanza en medio de la incertidumbre. Esta estrategia, que busca aprovechar las ventajas del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, podría ser la clave para blindar a estas empresas, gigantes como Volkswagen, Mercedes Benz y BMW, de los embates económicos y asegurar su futuro en suelo mexicano.
La invitación de Sheinbaum no es una simple sugerencia, sino una oportunidad estratégica para las automotrices alemanas. Al sumarse al T-MEC, no solo se amparan bajo el paraguas de un acuerdo comercial sólido, sino que también se abren las puertas a un mercado más amplio y se benefician del "contenido de origen". Este concepto, fundamental en el T-MEC, establece requisitos específicos sobre la proporción de insumos provenientes de los países miembros para que un producto pueda considerarse originario y, por lo tanto, beneficiarse de las ventajas arancelarias.
Imaginemos la situación actual: las empresas alemanas en México exportan sus vehículos a Estados Unidos, pero fuera del marco del T-MEC. Esto las expone a la volatilidad de las políticas comerciales y a la imposición de aranceles, como el del 25% establecido durante la administración Trump. Este escenario, sin duda, impacta en la rentabilidad y la competitividad de estas compañías.
La propuesta de Sheinbaum busca cambiar este panorama. Al integrarse al T-MEC, las automotrices podrían acceder a un mercado norteamericano más integrado y estable. El "contenido de origen" juega un papel crucial en esta ecuación. Al incrementar la proporción de insumos provenientes de México, Estados Unidos o Canadá en la producción de sus vehículos, estas empresas podrían reducir significativamente, e incluso eliminar, el impacto de los aranceles.
La Secretaría de Economía jugará un papel fundamental en este proceso, facilitando el diálogo y la colaboración entre el gobierno y las empresas alemanas. Se espera que se establezcan mesas de trabajo para analizar la situación actual de cada compañía y diseñar estrategias específicas para incrementar su "contenido de origen". Esto podría implicar la búsqueda de nuevos proveedores locales, la inversión en tecnología y la capacitación de la mano de obra.
El camino hacia la integración al T-MEC no estará exento de desafíos. Las empresas deberán adaptar sus procesos productivos, renegociar contratos con proveedores y realizar inversiones estratégicas. Sin embargo, los beneficios a largo plazo superan con creces los costos de la transición. Un mercado más estable, la reducción de aranceles y la posibilidad de incrementar su competitividad son incentivos suficientes para que las automotrices alemanas consideren seriamente la propuesta de la presidenta Sheinbaum.
El futuro de la industria automotriz alemana en México se escribe en el presente. La decisión de sumarse al T-MEC puede ser el punto de inflexión que determine su éxito en un mercado cada vez más competitivo y globalizado. La oportunidad está sobre la mesa. El tiempo dirá si las empresas alemanas están listas para aprovecharla.
Fuente: El Heraldo de México