La angustia que embargó a la familia de Ivón Maricela López Rosendo durante semanas finalmente se transformó en una dolorosa certeza. El hallazgo de su cuerpo sin vida en Jojutla, Morelos, confirma el peor de los escenarios que se cernía sobre la desaparición de esta joven de 31 años. La noticia ha golpeado duramente a sus seres queridos, quienes desde el pasado 30 de marzo, fecha en que se le vio por última vez, se aferraban a la esperanza de encontrarla con vida. El descubrimiento del cuerpo en estado de descomposición sugiere que Ivón fue víctima de un crimen atroz, un hecho que ha conmocionado a la comunidad y reavivado la exigencia de justicia para las mujeres víctimas de violencia en México.

La reconstrucción de los hechos pinta un panorama desolador. Ivón, una mujer descrita por su familia como amable, amistosa y dedicada a su hijo de tan solo 7 años, salió a disfrutar de una noche con amigas. En un bar de la Ciudad de México, el destino cruzó su camino con dos mujeres que las invitaron a continuar la velada en un domicilio de la alcaldía Coyoacán. Ivón, confiada, aceptó la invitación, sin imaginar que se adentraba en una trampa mortal. Las cámaras de seguridad captaron su ingreso a la vivienda en la colonia Pedregal de Santo Domingo, acompañada de estas dos mujeres, ahora principales sospechosas del crimen. La imagen de Ivón, con su vestido azul, entrando a esa casa se ha convertido en un símbolo desgarrador de la vulnerabilidad que enfrentan muchas mujeres. A pesar de que las cámaras registraron la salida de otras personas del inmueble, Ivón nunca volvió a aparecer.

La bicicleta eléctrica tipo triciclo en la que se desplazaba Ivón fue encontrada en la casa, un indicio que desde el principio apuntaba a que algo terrible había sucedido en su interior. La familia, alarmada por su prolongada ausencia, denunció la desaparición y comenzó una búsqueda desesperada que se extendió por semanas, movilizando a amigos, familiares y a la comunidad en redes sociales. La incertidumbre y la angustia se prolongaron hasta el fatídico hallazgo en Morelos, un estado que lamentablemente se ha convertido en escenario de numerosos crímenes violentos.

La detención de dos mujeres, presuntamente las mismas que acompañaron a Ivón a la casa de Coyoacán, ofrece un rayo de esperanza en medio de la tragedia. El tío de Ivón, visiblemente afectado, clama justicia y exige que se investigue a fondo el caso para que la muerte de su sobrina no quede impune, que no se convierta en una cifra más en las estadísticas de feminicidios que azotan al país. La voz de Vicente, cargada de dolor e indignación, se suma al clamor de miles de familias que han perdido a sus seres queridos en circunstancias similares.

El pequeño hijo de Ivón, de apenas 7 años, ahora enfrenta la vida sin la presencia de su madre, una víctima más de la violencia de género. La sociedad se une al dolor de la familia y exige a las autoridades que se esclarezcan los hechos, se aplique todo el peso de la ley a los responsables y se implementen medidas efectivas para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. El caso de Ivón Maricela López Rosendo es un recordatorio doloroso de la urgente necesidad de construir un país donde las mujeres puedan vivir libres y seguras. La búsqueda de justicia para Ivón es la búsqueda de justicia para todas.