
3 de abril de 2025 a las 20:35
Cae Leo, mano derecha del Chapo
La sombra del Chapo y el Mayo se cierne sobre la reciente captura de Leobardo “Leo” G. Un operativo conjunto, orquestado por la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Marina (Semar), con el apoyo crucial de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, ha logrado arrancar de las calles de la Ciudad de México a un personaje clave en el entramado del narcotráfico internacional. No se trata de un simple eslabón en la cadena, sino de un individuo con presuntos vínculos directos con los capos más emblemáticos del Cártel de Sinaloa: Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada. Su detención, sin duda, representa un golpe contundente a las estructuras del crimen organizado.
La DEA, que lo tenía en la mira desde hace tiempo, lo buscaba por delitos de delincuencia organizada, contra la salud y violación a la ley federal de armas de fuego y explosivos. Su cabeza tenía precio: hasta 4 millones de dólares se ofrecían por información que condujera a su captura. Se le acusa de ser un engranaje fundamental en la conspiración para inundar Estados Unidos con fentanilo, una droga sintética que ha desatado una crisis de salud pública de proporciones alarmantes al otro lado de la frontera. No solo se limitaba a la distribución, sino que, según las investigaciones, "Leo" era el cerebro detrás de la producción y distribución de metanfetamina y fentanilo para el Cártel de Sinaloa, consolidándose como una figura de peso en el negocio ilícito.
El operativo que culminó con su detención fue una muestra de precisión quirúrgica. Tras un minucioso trabajo de inteligencia, que incluyó investigaciones de gabinete y campo, se logró identificar su zona de operaciones en la alcaldía Tlalpan. Las autoridades implementaron un cerco discreto pero efectivo, con vigilancias fijas y móviles, esperando el momento oportuno para actuar. Finalmente, en el Boulevard Adolfo Ruiz Cortines, colonia Jardines de la Montaña, la red se cerró sobre Leobardo “N”. Al ser interceptado, se le informó el motivo de su detención, se leyeron sus derechos y fue puesto a disposición del Ministerio Público, quien determinará su situación legal. Se espera que el proceso de extradición a Estados Unidos, donde deberá enfrentar la justicia, se inicie en breve.
Esta captura, más allá de la resonancia mediática, representa un paso significativo en la lucha contra el narcotráfico. Es un mensaje claro de que las instituciones mexicanas, trabajando en coordinación, tienen la capacidad de desmantelar las redes criminales y llevar ante la justicia a quienes amenazan la seguridad y la salud de la población, tanto en México como en el extranjero. La Estrategia Nacional de Seguridad, en el marco de la cual se llevó a cabo esta operación, se consolida como una herramienta eficaz para combatir la violencia y el crimen organizado. La sombra de la impunidad comienza a disiparse, dando paso a la esperanza de un futuro más seguro. Sin embargo, la batalla continúa, y la detención de “Leo” es solo una victoria en una guerra que exige esfuerzo, perseverancia y la colaboración de todos los sectores de la sociedad.
Fuente: El Heraldo de México