La sombra de la incertidumbre se cierne sobre la economía mexicana. Las recientes declaraciones del expresidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de la Coparmex, Juan Pablo Castañón, pintan un panorama complejo y desafiante para el país. No solo se vislumbra en el horizonte la posibilidad de una recesión económica para 2025, sino que la continuidad misma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se encuentra en tela de juicio.

Castañón, durante su participación en el aniversario del Consejo Empresarial Potosino, analizó el discurso del ex presidente estadounidense Donald Trump sobre su nueva política arancelaria. Sus palabras, aunque en apariencia respetuosas del acuerdo trilateral, dejan entrever un riesgo latente para su permanencia. La renegociación a fondo del T-MEC se presenta como una necesidad imperante, un desafío que exige "habilidad, visión y estrategia" para minimizar los costos. La incertidumbre generada por estas declaraciones pone en jaque la estabilidad económica de México, cuya relación comercial con Estados Unidos es fundamental.

El panorama se complica aún más con las proyecciones del Banco de México, que ha reducido las expectativas de crecimiento para 2025 a un modesto 1.5%. Castañón, sin embargo, va más allá y advierte sobre la posibilidad real de un crecimiento cero, e incluso, del grave riesgo de una recesión económica. Este escenario, aunado a la problemática existente en el mercado internacional y la relación con el principal socio comercial, genera una profunda crisis de confianza que debe ser atendida con urgencia.

No se trata simplemente de aumentar la recaudación o mantener la estabilidad del tipo de cambio. La clave, según Castañón, radica en fomentar la confianza y promover un clima propicio para la inversión, la creación de empresas y la generación de empleos. Sin embargo, las reformas judicial y al Infonavit, en lugar de contribuir a este objetivo, han sembrado incertidumbre en el sector empresarial. La falta de claridad sobre el rumbo del país desalienta la llegada de inversiones, tanto nacionales como extranjeras, agravando aún más la situación.

La pregunta que surge es: ¿qué medidas se deben tomar para revertir esta tendencia? Es necesario un diálogo constructivo entre el gobierno y el sector privado para generar un plan de acción que promueva la confianza y el crecimiento económico. Se requiere una estrategia integral que aborde la renegociación del T-MEC, impulse la inversión y fortalezca el mercado interno. El futuro de México depende de la capacidad de sus líderes para tomar decisiones acertadas y navegar con éxito en estas aguas turbulentas. La coyuntura actual exige unidad, visión y un compromiso inquebrantable con el desarrollo del país. El tiempo apremia y la necesidad de actuar es inminente.